En la madrugada de ayer el Ejército de Etiopía lanzó cohetes en la región de Amhara, reforzando los temores a la extensión del conflicto en un país con fuertes tensiones entre numerosas etnias
Casi 25.000 etíopes que huyen de los combates en la provincia de Tigré desde hace una semana llegaron al vecino Sudán, según la agencia oficial sudanesa Suna.
«El número de refugiados etíopes llegados a los estados de Gedaref y Kassala alcanzó el sábado los 24.944», precisó el anoche Suna citada por la agencia de noticias AFP.
Gedaref y Kassala están situadas en el este del país, en la frontera con Etiopía. La agencia de la ONU trabajaba para establecer nuevos campos de refugiados.
En una visita realizada ayer en la región fronteriza de Sudán, el representante adjunto de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) en Sudán, Jan Hansmann, afirmó que «la prioridad era proporcionar refugio, comida y agua a los refugiados y trasladarlos a sectores alejados de la frontera, por razones de seguridad».
Una fuente gubernamental sudanesa informó que unos 200.000 etíopes podrían refugiarse en Sudán.
El comisario sudanés para los refugiados, Abdalá Suleiman, que lo acompañaba, instó a la comunidad internacional a suministrar urgentemente ayuda a los refugiados.
Los enfrentamientos en la región disidente del Tigré estallaron el 4 de noviembre, cuando el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, envío al ejército federal a atacar Tigré, tras meses de tensiones con las autoridades regionales, lideradas por el Frente de Liberación del Pueblo Tigré (TPLF).
En la madrugada de ayer el Ejército de Etiopía lanzó cohetes en la región de Amhara, reforzando los temores a la extensión del conflicto en un país con fuertes tensiones entre numerosas etnias.
El comando de las fuerzas de Tigré acusó al gobierno de Eritrea de apoyar al ejército federal etíope permitiendo que la aviación despegue desde territorio eritreo y participando en los combates en Tigré.
Eritrea es el enemigo jurado del TPLF, partido que gobierna en la región de Tigré y que controló durante cerca de 30 años el aparato político y la seguridad en Etiopía hasta que Abiy, primer dirigente perteneciente a la etnia oromo, la más importante del país, asumiera el cargo en 2018 y anunciara amplias reformas políticas que le valieron el Nobel el año pasado.
Etiopía y Eritrea se enfrentaron en una cruel guerra entre 1998 y 2000, cuando el TPLF ejercía el poder en Adis Abeba.
Las relaciones entre los dos países fueron muy tensas hasta que Abiy asumió como primer ministro y fue apartando progresivamente del poder al TPLF.
El TPLF, sintiéndose marginado, dejó la coalición el año pasado, aunque sigue siendo una fuerza militar fuerte.
Los líderes de Tigré rechazan la prolongación del mandato de los diputados por el parlamento federal -que terminaba en octubre- y decidieron realizar unilateralmente elecciones en su región en septiembre.
Desde entonces, cada campo considera al otro ilegítimo.