Con algo más de un tercio jugado en la Superliga, Central no logra salir de la zona roja luego de siete empates consecutivos. El plantel es uno de los dos invictos en el certamen, pero sumar de a uno no le alcanza para aislarse de la zona del descenso.
El triunfo ante Atlético en Tucumán y luego frente a Talleres en el Gigante hicieron el arranque perfecto para los dirigidos por Cocca.
Luego llegaron los siete empates consecutivos es la cifra alarmante que acarrea el equipo auriazul que equivalen a 14 puntos dejados en el camino. Todo comenzó con aquella visita a San Lorenzo: Central venía dulce después de dos victorias, aunque sin un gran nivel de juego. El empate 2 a 2 ante un rival complicado en una cancha difícil fue un buen resultado y se lo tomó como tal.
Sin embargo, luego vino quizás el partido que más bronca generó en el hincha en este torneo: ante Patronato en el Gigante. Los dirigidos por Cocca ganaban 1 a 0 y tenían todo controlado, pero se durmieron y el Patrón, rival directo de los promedios, empató cuando Central tenía todo para ganarlo.
El capítulo tres fue Colón en Santa Fe. Los dos puntos dejados en el Gigante presionaban al equipo canalla a traerse un triunfo de la capital provincial. Sin embargo, siendo rivales directos en los promedios, no arriesgaron mucho y se contentaron con el punto repartido.
Luego era el turno del clásico. Central jugaba en su cancha pero el partido no era uno cualquiera y, otra vez, ninguno iba a arriesgar demasiado. El conjunto de Cocca se vio superado en el juego por Newell’s y lo pudo haber perdido, por eso el empate no fue tan mal visto, pero llevaba ya cuatro empates y la imposibilidad de conseguir los tres puntos comenzaba a preocupar.
Nuevamente le tocó viajar a Santa Fe, esta vez para visitar a Unión. El Tatengue venía de cuatro derrotas consecutivas y parecía la oportunidad perfecta para que el Canalla corte la racha sin victorias. Sin embargo, protagonizaron un partido mediocre con ausencia de buen juego y, nuevamente, Central se tenía que conformar con la igualdad.
Por la octava fecha Central volvía al Gigante para enfrentar a probablemente el rival más duro en lo que va del torneo: el Racing de Coudet. Casualmente, fue uno de los mejores partidos de la era Cocca en Central, quien hizo absolutamente todo para ganar el encuentro. Pero entre los palos, el arquero rival y malos fallos arbitrales, el trámite quedó, por sexta vez, en tablas.
Y por último llega Lanús, un rival duro en una cancha complicada. Uno de esos partidos en los que, en otras condiciones, un empate hubiese parecido un buen resultado. Pero, la falta de puntos es alarmante y la igualdad por 1 a 1 no le sienta bien al hincha canalla, que debe seguir buscando a su equipo en los puestos rojos de la tabla de promedios.
Hecha la crónica de la seguidilla de empates, ¿cómo se explica la imposibilidad que tiene Central para encontrar la victoria? La falta de gol quizás no es el principal problema, teniendo en cuenta que convirtió en ocho de los nueve partidos que jugó. La realidad es que el equipo canalla juega mal. Le cuesta horrores generar fútbol y se encuentra a sí mismo llegando al área rival sin una idea clara de cómo atacar.
Por otro lado, Central no tiene éxito al momento mantener su valla invicta: de nueve partidos le convirtieron en siete, aunque, salvo San Lorenzo, nadie le metió más de un gol.
Da la impresión de que si el equipo ajusta algunos errores o defectos defensivos, puede llegar a empezar a llevarse algunos triunfos ajustados. Pero, es evidente que si quiere remontar la situación para escaparle a los puestos de descenso en los que se encuentra sumido, debe haber un cambio de funcionamiento radical.
Las fechas pasan y los puntos dejados en el camino se lamentarán más temprano que tarde.