Por Enrique Genovar
Central va a recibir a Newell’s en lo que será una nueva edición del clásico de la ciudad. Pero esta vez el partido tiene algunas aristas para analizar y de ese análisis se desprenden cosas a favor y otras en contra.
Lo primero que hay para analizar es que los dos equipos pelean por lo mismo en esta temporada. Y este no es un dato menor. Ya que si bien todavía faltan muchos puntos por disputarse, el hecho de una derrota hará que la imagen del día después no sólo sea la de esta. Es que además irá acompañada de la tabla de promedios que indicará que el perdedor del clásico está en zona de descenso. Claro que esta situación hace que el que gane tenga otro motivo para el goce.
Otras de las singularidades para ver es que se juega en la primera parte del torneo. Esto significa que de haber un ganador, el mismo deberá seguir luchando para engrosar el promedio y el perdedor tendrá tiempo para revertir la derrota.
Las generalidades como tal pertenecen a los dos equipos. A esto se le suma que los entrenadores todavía no están tan arraigados en el hincha y que todavía tienen que construir su propia espalda. Esto hace que una derrota lo deje mal parado para lo que viene y con la obligación de salir rápido de perdedor.
En lo que respecta a Central hay que decir que al jugarse en el Gigante siempre hay una obligación extra. Pero esta vez la misma está atenuada. Es que las últimas victorias, en especial la de Copa Argentina del año pasado hace que la obligación se reparta de maneras casi iguales. El Canalla tiene la posibilidad de continuar estirando la paternidad que ha acrecentado en los últimos años. Un nuevo triunfo hará podría hacer que la diferencia en el historial sea descontable en poco tiempo. Y ni hablar de la inyección anímica que le daría una victoria ante la Lepra para encarar lo que sigue en la temporada.
Claro que una derrota lo podría dejar con un montón de dudas para lo que viene. Y más allá de la importancia que tienen los clásicos lo que está en juego en el futuro es mucho más importante.
Tomar el clásico con la responsabilidad de siempre es lo aconsejable, pero tener en cuenta las particularidades que visten a este es muy importante para entenderlo de antemano.