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«Carita Feliz», un comedor que trabaja por los niños y que necesita de todos


La asociación civil de Villa Gobernador Gálvez pide colaboración para estas Fiestas: están recolectando donaciones para entregar unas 190 cajas navideñas

La asociación civil de Villa Gobernador Gálvez pide colaboración para estas Fiestas: están recolectando donaciones para entregar unas 190 cajas navideñas

Durante las Fiestas de fin de año, florece el amor y la solidaridad. En esta época, organizaciones sociales y personas que trabajan para ayudar al otro tienden puentes para que cada familia pueda pasar sus fiestas con alegría y felicidad. Así es el caso de Carita Feliz, una asociación civil de Villa Gobernador Gálvez que invita a las familias a hacer un regalo navideño para otra familia.

Carita Feliz de Villa Gobernador Gálvez nació en el año 2008 cuando un grupo de padres empezó a hacerle la merienda a unos 48 chicos del barrio. Hoy, con un gran esfuerzo de sus integrantes, entrega la merienda y la cena a más de 300 chicos del barrio Arroyito de dicha localidad santafesina.

“A raíz de ver que la necesidad se iba incrementando decidimos empezar a hacer comida. Veíamos que muchos chicos pasaban el día solamente con la comida del comedor de la escuela, entonces surgió la idea de hacer merienda y cena, cosa de aprovechar la escuela que le da el almuerzo y nosotros repartirle la cena”, comentó a CLG Marcela Franchini, presidenta de la asociación civil Carita Feliz.

Marcela es madre de cuatro chicos y, con la ayuda de ellos, cocina todos los días en el merendero. Sabe, como nadie, lo difícil que es vivir con poco. «Cuando fui chica pasé por necesidades y una persona la ayudó a mi mamá a salir adelante. Mi idea, entonces, es poder ayudar a otra persona a salir adelante a hacerle sentir que no está sola, dejando huellas en los corazones de los niños para que en un futuro ellos también puedan a hacer algo por otro», expresó.

Marcela aseguró que el comedor vivió tiempos difíciles en el último tiempo. «Fue el año más duro que hemos vivido en el comedor, hay veces que tenemos que reducir las raciones a tres días por semana, o a veces hasta dos porque no llegamos con los alimentos. No es que la gente dejó de donar pero han elevado tanto los precios de los alimentos o de las cosas básicas como el gas, que se hizo muy difícil. Hay gente que no llega a fin de meses, hay gente que no tiene trabajo, y no puede seguir colaborando, o sigue colaborando pero con menos cantidad. La verdad que este año se vivió terriblemente», dijo.

A pesar de las dificultades, Carita Feliz nunca bajó los brazos. «Siempre seguimos, tenemos esas ganas de ayudar sin límite».

La solidaridad y las ganas de hacer por el otro no se agota con el merendero. Carita Feliz también brinda diferentes talleres a los chicos del lugar: armado de colitas, tejidos, cumbia cruzada, apoyo escolar, son algunas de las distintas actividades de lugar. Luego, son ellos, los mismos chicos que asisten a los diferentes talleres, los que llevan adelante el comedor para todas las familias.

«Se suman a ayudarnos, a pintar, a pelar verduras, a repartir las donaciones. Vienen desde muy chicos e intentamos inculcarle un poco los valores de que ellos también pueden hacer cosas por los demás como nosotros lo hemos hecho para ellos cuando eran más pequeñitos», manifestó Franchini.

«Son chicos que hemos ayudado a salir adelante en la vida con una relación de amor. Hoy tienen su familia, chicos que se han recuperado de adicciones, o de diferentes problemáticas. Esos son los vínculos que te regala la vida. Si hemos ayudado a una persona a salir adelante, no hemos vivido en vano. Te llena el alma y me da gusto verlo así porque sé que ellos pueden hacer otra cosa por otros chicos en la misma situación», expresó Marcela.

Durante el año, el comedor también llevó a cabo diferentes campañas para tender puentes con la sociedad civil: han armado mochilas para ir a la escuela, han juntado llaves para que los chicos que asisten al lugar puedan realizar algún viaje, han recolectado juguetes para poder entregarle a los más pequeños en esta Navidad. Ahora, están pidiendo la colaboración de todos para poder juntar unas 190 cajas navideñas y unos 190 pollos.

La campaña consiste en que cada familia arme una caja navideña para otra familia o que puedan donar algún alimento, sea budín, turrón, pollo, y el comedor se encarga de realizar la caja.

«Lo único que dejamos en esta vida es la huella que dejemos en los corazones de los demás. Lo material queda acá en la tierra pero las huellas que dejemos en los corazones de los niños y en los grandes siempre perduraran», expresó Marcela, quien en el final comentó cuál es su sueño: «Mi idea es que al comedor no vengan más chicos a comer sino que sea un centro cultural donde los chicos vengan a jugar, a divertirse y que coman en sus casas pero mientras se necesite mi idea seguirá seguir ayudándolos», concluyó.