Ciudad

Cardarelli, sobre el coronavirus: «Es un llamado a renacer y recuperar la humildad»


El vicario general del Arzobispado de Rosario dio su visión en torno a la pandemia y pidió vivir este momento "como un tiempo de solidaridad creativa", según le dijo a CLG

La pandemia del coronavirus crece en todo el mundo a un ritmo desenfrenado y genera ecos en los distintos nichos de la sociedad. En este caso, el monseñor Emilio Cardarelli, vicario general del Arzobispado de Rosario, aportó una mirada desde la religión sobre el covid-19. «Hay que vivir este momento como un tiempo de solidaridad creativa», aseguró en diálogo con CLG, y sostuvo que la proliferación del virus «es un fuerte llamado a renacer y recuperar la humildad».

«Lo primero que surge decir es que Dios debiera hacer un milagro y detener este virus, pero para qué va a detener este virus si nosotros los hombres vamos a seguir produciendo otros virus. Estamos ante cosas que el hombre desata y luego no sabe cómo atar», comenzó diciendo Cardarelli.

Para el monseñor, si se trata de pedirle algo a Dios, lo correcto sería «que cure la soberbia humana», algo que «no puede hacerlo solo, sino que necesita de nuestra colaboración». Y citó: «Lo dijo hace siglos San Agustín: ‘El Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti'». «Si Dios quiso contar con nosotros para lo más importante, que es nuestra salvación eterna, de ahí para abajo, para todo», agregó.

«No podemos decir que Dios nos mandó un virus, pero sí podemos decir con convicción que nada escapa de la mano de Dios y que seguramente quiere que de esta situación saquemos un bien», afirmó el vicario general, y dijo que ante todo hay que entender la situación como un «fuerte llamado a renacer y a recuperar la humildad».

«Que el sentimiento de vulnerabilidad que sentimos nos haga humildes, retomemos las conciencia de que dependemos de Dios y nos haga obedientes sobre lo que nos mandan las autoridades para cuidarnos y cuidar a los demás», expresó Cardarelli, y en este último punto señaló que no hay que olvidarse de la gente humilde que vive hacinada y se les dificulta mantener el aislamiento.

Por eso, recomendó: «Hay que vivir este tiempo como un tiempo de solidaridad creativa, dado que si bien estamos en casa, sabemos que hay tantos otros que en esta situación necesitan de nosotros. Debemos estar cerca a través del teléfono, las redes sociales y el voluntariado, porque hay mucho para hacer y también para descubrir qué se puede hacer. Que nuestra imaginación nos ayude a encontrar formas para que estar en nuestras casas no haga que nos olvidemos de quienes la están pasando peor en este momento».

Para el monseñor, a lo largo de la vida y del año «decimos que no tenemos tiempo para nada», y «en el fondo si decimos eso es porque somos esclavos del tiempo», algo que podemos cambiar en este momento «para ser dueños de nuestro tiempo no utilizándolo de modo destructivo sino constructivo, entrando dentro de nosotros mismos para escuchar ese reclamo que hay en nuestro corazón, que sin dudas es el reclamo de Dios», subrayó Emilio, y concluyó al decir que «todos tenemos que salir mejores de este tiempo».