El juez Brett Kavanaugh franqueó este viernes un nuevo escollo en su camino hacia la Corte Suprema estadounidense, con un primer voto favorable en el Senado que abre la vía para la votación de confirmación que podría realizarse este sábado.
En una votación de procedimiento, el Senado estadounidense aprobó por un estrecho margen (51 a 49) avanzar a una votación final la nominación del candidato del presidente Donald Trump, acusado de cometer agresiones sexuales.
El resultado contó con una senadora republicana, Lisa Murkowski, oponiéndose y el demócrata Joe Manchin dando su aprobación, en este procedimiento preliminar que no refleja automáticamente lo que sucederá en el voto final.
«Muy orgulloso del Senado de EE.UU. por votar Sí para avanzar la nominación del juez Brett Kavanaugh!», reaccionó inmediatamente Trump en su cuenta en Twitter.
Kavanaugh es acusado por una académica de California, Christine Blasey Ford, de intentar violarla en una fiesta en 1982 cuando ambos eran estudiantes de secundaria.
Todo el proceso de confirmación ocurre en medio de una atmósfera de fuerte polarización política, a pocas semanas de las elecciones de medio mandato que dictaminarán si el partido republicano sigue teniendo el control del Congreso.
La votación final del sábado sobre el candidato de Trump, debería sellar por las próximas décadas una mayoría conservadora en la Corte Suprema, una institución que regula asuntos sensibles en la sociedad estadounidense como el derecho al aborto y el control de armas.
Alta tensión
El jueves fue un día tenso en las calles de Washington, donde miles de personas se manifestaron contra Kavanaugh y muchos se infiltraron en el edificio de oficinas Hart del Senado para protestar. «No traicionen a las mujeres, voten no», se leía en las pancartas de los manifestantes en el Capitolio.
La policía detuvo a más de 300 manifestantes, incluyendo a la comediante Amy Schumer, prima del líder demócrata en el Senado Chuck Schumer.
«Kavanaugh forma parte del club de viejos amigos que quieren protegerlo sin importar en qué circunstancias», afirmó Angela Trzepkowski, que llegó a la capital desde el estado de Delaware (este).
Trump los critico duramente el viernes.
«Los groseros manifestantes en los ascensores son profesionales pagos para hacer ver mal a los senadores. No caigan en eso!», afirmó el mandatario en Twitter. «Además miren las pancartas idénticas hechas por profesionales. Pagadas por Soros y otros», agregó, en referencia al multimillonario estadounidense de origen húngaro George Soros, donante de varias ONG en el mundo y de campañas demócratas.
De su lado, Kavanaugh sorprendió al publicar un inusual artículo de opinión en la prensa donde aseguró ser «independiente, imparcial».
«No decido casos basado en preferencias personales o políticas. No soy un juez pro-demandante o pro-defendido (…) Soy un juez pro-ley», alegó el magistrado conservador, de 53 años, en el texto publicado en el sitio en línea del diario The Wall Street Journal.
Además, puntualizó que su testimonio de la semana pasada ante la Comisión Judicial del Senado «fue fuerte y apasionado» porque niega «fuerte y apasionadamente» las acusaciones en su contra.
En un mitin con simpatizantes en Minnesota el jueves por la noche, Trump calificó a su candidato como «uno de los más respetados».
Una investigación «incompleta»
El juez Kavanaugh, un brillante magistrado de valores conservadores, se encontraba en un camino solido hacia su confirmación cuando fue acusado de intento de violación en 1982.
En una audiencia seguida por 20 millones de estadounidenses, Christine Blasey Ford, de 51 años, dijo estar «100%» segura de haber sido agredida por él. El magistrado sostiene su inocencia.
Frente a esas dos posturas irreconciliables, el Senado había solicitado una investigación complementaria al Buró Federal de Investigaciones (FBI).
«No hemos encontrado nada, nada que corrobore las acusaciones», apuntó el influyente senador republicano Orrin Hatch.
Los demócratas, en tanto, consideraron que la investigación del FBI era insuficiente. «Parece ser el producto de una investigación incompleta que fue limitada quizás por la Casa Blanca», dijo a periodistas la demócrata de mayor rango de la comisión judicial del Senado, Dianne Feinstein.
Aunque los senadores republicanos, que tienen una corta mayoría en el Senado (51 escaños de 100), respaldan al candidato de Trump, tres moderados indecisos -además de Murkowski, Jeff Flake y Susan Collins- tienen la llave de la votación final. Flake y Collins votaron «sí» el viernes.
Otra incertidumbre recae sobre el senador de Montana, Steve Daines, que no debería asistir a la votación del sábado debido al casamiento de su hija. Dado que cada voto cuenta, los republicanos en el Senado hicieron saber que buscaban una solución.