Por la Dra. Sandra Lencinas (MN 90633), coordinadora Comisión de Endoscopía Flexible de la Asociación Argentina de Cirugía
Ocupa el segundo lugar en incidencia de cánceres en nuestro país. Pero diagnosticado a tiempo con una colonoscopia y otros estudios se puede curar.
El cáncer de colon y recto es un problema de salud mundial. En Argentina, según el Observatorio Global de Cáncer de la OMS, en el 2018 se diagnosticaron 15.692 casos en ambos sexos.
En incidencia se ubica en el segundo lugar, después del cáncer de próstata en los hombres y el de mama en mujeres. Y en la actualidad, se estima que mueren 21 personas por día en nuestro país.
Comienza en las células que tapizan la capa interna del intestino grueso, llamada mucosa. Se forman células nuevas a pesar que el cuerpo no las necesita y otras células viejas no mueren cuando deberían hacerlo. Como consecuencia, se origina un tumor.
El cáncer es un tumor maligno donde las células anormales se dividen sin control, pueden invadir y destruir tejidos, entrar a los vasos sanguíneos ó linfáticos y diseminarse a otros órganos.
En colon y recto en más del 80 % de los casos, se genera primero un pólipo benigno que crece lentamente y tarda aproximadamente 10 años para transformarse en cáncer. Es por eso que este tipo de cáncer es evitable.
Afecta principalmente a personas mayores de 50 años. Aunque en los últimos años aumentó la incidencia en personas jóvenes.
En el 75% de los casos aparece en personas sin antecedentes personales ni familiares. El resto se produce en pacientes con factor de riesgo: antecedente de adenomas únicos o múltiples, cáncer colorrectal previo o enfermedad inflamatoria intestinal y antecedentes familiares de esta enfermedad.
¡Diagnóstico precoz para salvar vidas!
En una etapa temprana, se puede curar en más del 90% de los casos y con tratamientos menos invasivos. Se detecta mediante:
- Test de sangre oculta en materia fecal inmunoquímico (TSOMFI). Se utiliza para saber si hay presencia de sangre en la materia fecal que no se observa a simple vista.
- Colonoscopía. Se introduce un tubo flexible con una cámara en el intestino a través del ano. Permite explorarlo y extirpar los pólipos, evitando que crezcan y se malignicen.
¿Quiénes deben realizarse estos estudios?
- Personas de 50 a 75 años sin síntomas ni antecedentes familiares.
- Con síntomas: sangrado por ano, cambios en la forma y periodicidad para evacuar, dolor abdominal, anemia o pérdida de peso.
- Pacientes con Colitis Ulcerosa o Enfermedad de Crohn.
- Personas con familiares cercanos con cáncer de colon o recto o pólipos adenomatosos.
- Pacientes que tuvieron pólipos adenomatosos o cáncer colorrectal.
Aquellos con antecedentes personales o familiares deben comenzar con los estudios preventivos a edades más tempranas.
Recomendaciones de la Asociación Argentina de Cirugía:
- Dieta rica en fibras
- Disminuir el consumo de carnes rojas y grasas de origen animal
- Productos ricos en calcio
- Actividad física regular
- Evitar el sobrepeso
- Evitar el consumo excesivo de alcohol
- Evitar el consumo de tabaco
Este tipo de cáncer se trata con un equipo multidisciplinario: cirujanos especializados, endoscopistas, oncólogos, especialistas en diagnóstico por imágenes y en radioterapia.
El tratamiento puede ser mediante endoscopía, cirugía, radioterapia, quimioterapia o terapia biológica. Y puede abordarse cómo tratamientos únicos o combinados, de acuerdo al estadio de la enfermedad y el estado general del paciente.