Por Leandro Rosati
En las elecciones legislativas de 2017 la marca Cambiemos arrasó en la provincia de Santa Fe con los candidatos Albord Cantard y Roy López Molina. Sin embargo, dos años después el amarillo empezó a desteñirse y se ubicó en un cómodo tercer puesto en la provincia y en Rosario.
Una vez finalizada aquella elección, el gobierno de Mauricio Macri salió del plan de ajuste gradual y comenzó una serie de tarifazos que fueron acompañados por la alta inflación.
Esos desaciertos de Cambiemos a nivel nacional en la economía dejaron muchos coletazos en la provincia de Santa Fe, uno de los polos industriales del país, y pusieron al Gran Rosario como uno de los lugares con mayor desocupación del país.
Con ese panorama, Corral y Roy optaron por caminar poco la provincia y la ciudad y hablar poco y sólo con medios afines a sus pensamientos. Eso provocó que ambos pierdan el termómetro en toda la provincia.
Las suspensiones en distintas empresas de la provincia, el escaso apoyo del gobierno nacional con los candidatos santafesinos hizo que Cambiemos pierda todo ese caudal de votos que supo cosechar Miguel Del Sel, cuando en 2011 y 2015 estuvo muy cerca de llegar a la gobernación.
De esta manera, la ola amarilla perdió fuerza y color y se bajó solo del ring y dejó al socialismo y al peronismo para que diriman quién será la próxima fuerza que gobierne la provincia y la ciudad.