En un decreto instruye a las agencias federales a que "amplíen el acceso al procedimiento de registro para el voto"
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció la firma de un decreto que busca ser el puntapié inicial de una reforma para ampliar el derecho al voto en el país, un reclamo central en la última campaña.
El decreto instruye a las agencias federales a que «amplíen el acceso al procedimiento de registro para el voto», en un gesto de reconciliación en particular con la comunidad negra del país, cuyos líderes denuncian hace décadas obstáculos sistemáticos a la hora de emitir su voto. El texto pide eliminar restricciones contra ciudadanos negros, con antecedentes penales, con discapacidades, militares, presos y residentes en el extranjero.
El decreto no solo es un gesto muy esperado por la base electoral de Biden, sino que además coincide con el 65 aniversario de la marcha de Selma, en el estado de Alabama, duramente reprimida y uno de los hitos que llevó a la aprobación de la Ley de derecho de voto en 1965, que prohibió las prácticas discriminatorias en el sufragio con los afroamericanos.
«Las imágenes de manifestantes, ensangrentados y magullados, apareciendo en las pantallas de televisión de todo el país impulsaron al Congreso a aprobar y al presidente (Lyndon) Johnson a promulgar la Ley de Derechos Electorales de 1965», recordó Biden. Aunque el mandatario habló de una reforma, el decreto es apenas un puntapié inicial ya que, casi en su totalidad, las leyes electorales dependen de los estados y son ellos los que deberán hacer las reformas profundas, salvo que Biden esté dispuesto a pedirle al Congreso que imponga limites concretos, algo en general poco aceptado en el federalismo estadounidense.
De los estados no solo dependen las leyes que definen cuán fácil es votar, sino también el rediseño -bastante común- de los distritos electorales, que en el pasado demostraron que suelen buscar beneficiar a uno u otro partido. El decreto firmado hoy establece que se «aprovecharán los recursos del Gobierno federal para aumentar el acceso a los servicios de registro de votantes y la información sobre la votación», según informó el comunicado de la Casa Blanca, replicado por la agencia de noticias Europa Press.
«Durante generaciones, los votantes negros y otros votantes de color se han enfrentado a políticas discriminatorias que reprimen desproporcionadamente su voto, y abrumados por las leyes de identificación de votantes y las limitadas oportunidades de votar por correo», explicó el presidente al anunciar la medida.
Además de la comunidad negra, la ley también incluye la ampliación de la oportunidad de voto para indígenas estadounidenses, población discapacitada, militares y personas con antecedentes penales o en el extranjero.
En el caso de los excarcelados, por ejemplo, el decreto habilita al Fiscal General a que «tome medidas para ayudar a las personas anteriormente encarceladas a obtener un medio de identificación que satisfaga las leyes estatales de registro de votantes». Asimismo, incrementa las competencias de las agencias federales pertinentes que, en la mayor medida posible, notificará formalmente a los estados en los que brinda servicios de su capacidad de convertirse en una agencia de registro de votantes.