Ciudad
Más noticias

Continúa internado

Benjamín Biñale sufrió vómitos y se demora el alta médica


 

Benjamín Biñale, el nene de ocho años que recibió una bala perdida en la cabeza, presentó vómitos y malestar en los últimos días, por lo que el alta médica se demorará un tiempo más, según explicó al diario La Capital la directora del Hospital de Niños «Víctor J. Vilela», Viviana Esquivel.

«Benjamín está afebril. Presentó vómitos, por lo tanto se está controlando el síntoma y se verá día a día en que momento estará en condiciones de tener el alta hospitalaria», indicó Esquivel en relación al estado de salud del pequeño que ingresó en grave estado el nosocomio el pasado 17 de agosto.

Tras una muy buena recuperación, Javier, el papá de Benjamín contó que luego de tener unas líneas de fiebre y sufrir vómitos «Benja está medio bajoneado, está acostado, duerme y no se quiere levantar. Nos preocupamos un poco pero los neurocirujanos nos dijeron que fue producto de una punción que le hicieron el sábado», relató, aunque aclaró que evoluciona de buena manera.

«El agujerito ese tarda en cerrar entre cuatro y cinco días y sigue perdiendo líquido. Entonces, el líquido hace que cuando se quiera levantar le duela la cabeza porque hace presión el cerebro. Además, tiene que estar acostado», argumentó el papá.

«No se sabe cuánto hay que esperar. Ahora le pusieron suero para que no se deshidrate. Pero nos vamos a tener que quedar unos días más por este problema», cerró.

El sábado 17 de agosto, alrededor de las 16 y en momentos en que estaba haciendo los ejercicios precompetitivos para ingresar a jugar en una de las canchitas del club Pablo VI, de Garzón y Seguí, Benjamín se desplomó y de su cabeza comenzó a emanar sangre. De inmediato fue trasladado al Hospital de Niños y tras una tomografía se comprobó que el nene había sido blanco de una bala perdida.

Fue operado en dos ocasiones en el Hospital de Niños, estuvo varios días en estado delicado hasta que el viernes 23 de agosto a la madrugada se despertó del coma inducido. Su recuperación fue tan alentadora que ese mismo domingo lo pasaron a una sala común, donde prosiguió con su franca mejoría.