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14 años de prisión

Atentado contra Borussia Dortmund: su autor fue condenado


La justicia alemana condenó este martes a 14 años de cárcel al autor del atentado contra el micro del Borussia Dortmund, tras declararlo culpable de intento de asesinato en 28 casos.

La sentencia a Sergej W, de 28 años, es inferior a lo que había solicitado la Fiscalía, que pidió cadena perpetua por el atentado ocurrido en abril de 2017 y en el que resultó herido el jugador español Marc Bartra.

Durante los 11 meses que duró el proceso, los jueces interrogaron a testigos, encargaron dictámenes periciales y dieron repetidamente la palabra al propio acusado, quien fue detenido 10 días después del atentado, tras ser vigilado por la Policía, informó la agencia de noticias DPA.

El acusado admitió desde el principio que fue él quien fabricó las bombas, las escondió en un lugar próximo al hotel del equipo y detonó los artefactos cuando el autobús partió rumbo a su estadio para enfrentarse al Mónaco en un partido de cuartos de final de la Liga de Campeones.

Sergej W. había puesto una bomba de fabricación casera al comienzo del recorrido del autobús, y la hizo detonar a distancia, como confesó durante el proceso, con el objetivo de «causar el mayor daño posible», según las conclusiones de la Fiscalía, y tomó en consideración que podía causar muertos y heridos.

Tras una semana en que las investigaciones se centraron en la pista islamista, el caso dio un brusco giro cuando se descubrió que el propósito de Sergej W. no tenía ninguna relación con el fútbol, sino que pretendía provocar una baja de las acciones del equipo en bolsa y enriquecerse con una especulación bursátil.

El partido se jugó con un día de retraso, lo que posteriormente generó una división entre la directiva del club y el entonces entrenador, Thomas Tuchel, quien dejó el Dortmund al terminar la temporada.

Bartra tuvo que ser hospitalizado y luego estuvo un largo periodo de baja, mientras que algunos jugadores tuvieron que recibir asistencia psicológica.

Sergei W nació en Rusia y llegó con su familia a Alemania en 2003, vivía en el suroeste del país, trabajaba como electricista y, según la Fiscalía, ganaba 3.900 euros mensuales.

El atacante había invertido 44.300 euros apostando a una bajada en la cotización de las acciones del club, el único de la Bundesliga que cotiza en bolsa.