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Asumió el nuevo presidente de Ucrania y anunció la disolución del Parlamento


El comediante Vladimir Zelenski asumió este lunes la Presidencia de Ucrania en la Rada Suprema (parlamento) con el mismo tono desafiante con el que arrasó en las urnas y sorprendió al país entero al acusar a los diputados de corruptos y anunciar la disolución del Legislativo.

«La gente está cansada de los políticos experimentados que durante 28 años han construido un país de oportunidades… de oportunidades para sobornos, para lavar dinero y para la corrupción», sentenció el flamante presidente de 41 años, quien el mes pasado sepultó las chances de reelección del poderoso empresario Petro Poroshenko con una victoria histórica con más de 73% de los votos.

Zelenski pidió a los diputados que aprueben un proyecto de ley para endurecer el delito de enriquecimiento ilícito y varias mociones para remover a miembros claves del actual gobierno y aliados de Poroshenko.

Acto seguido, les advirtió que solo tendrán unas semanas para hacerlo porque decretará la disolución del parlamento y la convocatoria a elecciones anticipadas.

Los comicios deben realizarse dentro de los dos meses posteriores a la firma del decreto presidencial, por lo que podrían ser a finales de julio próximo, solo tres meses antes de la fecha original.  Es posible, sin embargo, que el decreto sea impugnado por el oficialismo saliente en el parlamento y el gobierno ante la Justicia.

El anuncio de Zelenski no busca cambiar sustancialmente el cronograma electoral, sino dar un golpe de efecto en la pulseada política que mantiene desde que ganó las elecciones con la coalición aliada de Poroshenko, que tenía mandato en el parlamento y, por ende, en el gobierno hasta octubre próximo.

La apuesta del flamante presidente surtió un efecto inmediato: el primer ministro Vladímir Groisman, el ministro de Defensa, Stepan Poltorak, y el director del Servicio de Seguridad, Vasili Gritsak, -todos aliados declarados de Poroshenko- anunciaron su dimisión inmediata, según la agencia de noticias EFE.

Desde el principio de la jornada, Zelenski le imprimió su propio estilo a la ceremonia de asunción. Eliminó el desfile motorizado hasta la Rada Suprema y caminó con apenas unos guardaespaldas entre las miles de personas que se acercaron al Poder Legislativo para seguir en una pantalla gigante su discurso de asunción. Saludó a sus seguidores, se sacó selfies con ellos y entró al recinto, sonriente y relajado.

Entre el público invitado se destacaban su esposa Elena y sus padres, medio centenar de representantes de gobiernos extranjeros -entre ellos los presidentes de Georgia, Estonia, Letonia, Lituania y Hungría, así como ministros y responsables de la Comisión Europea y de la OTAN.

En materia de política exterior, Zelenski prometió seguir por la vía europea, que inauguró Poroshenko al asumir en mayo de 2014, apenas tres meses después de que un levantamiento popular derrocara al entonces presidente pro ruso, Viktor Yanukovich.

Zelenski obtuvo la mayor ovación de la jornada cuando prometió trabajar para terminar con el conflicto armado separatista que desangra a dos provincias orientales, lindantes con Rusia. Sin embargo, el apoyo parlamentario duró poco.

«El gobierno no hizo nada para que ellos se sintieran ucranianos», sentenció en referencia a los habitantes de las zonas en conflicto que apoyan a las milicias separatistas pro rusas y miran con desconfianza al gobierno nacional surgido después de 2014 y apoyan una eventual anexión a Rusia, como sucedió con la Península de Crimea.

Cambiando sin problema del idioma ucraniano al ruso, Zelenski adelantó que no tendrá «miedo de tomar decisiones», perder su «popularidad y ratings, si es necesario, o hasta el cargo, si sirve para alcanzar la paz».