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Kazajistán

Astaná/Nur-Sultán, la capital más joven del planeta, poblada de edificios futuristas


Foto: The Astana Times

Kazajistán, una de las ex repúblicas de la Unión Soviética en el Asia Central, tiene la particularidad de contar con la capital más joven del planeta, la ciudad de Astaná/Nur-Sultán, que este año cumplió sus primeras dos décadas de existencia.

Inspiración del histórico presidente, Nursultán Nazarbáyev, quien gobernó el país desde 1991 hasta su dimisión, el 19 de marzo de 2019, la ciudad que lleva su nombre es un conjunto de magníficos edificios futuristas en cuya construcción participaron los arquitectos más prestigiosos del mundo.

La monumental urbe posee modernos edificios que se iluminan de colores vivos y vibrantes a la caída del sol, que le dan un aspecto de parque temático. Entre ellos destacan el centro comercial Kahn Shatyr, de color violáceo, que tiene en el último piso una playa de arena traída de las islas Maldivas y una piscina con olas.

El Centro de Convenciones, con su superficie espejada donde se proyectan figuras, colores y vídeos; y la pirámide de vidrio que alberga el Palacio de la Paz y la Armonía, una especia de centro para la práctica de todas las religiones.

Otro edificio imponente es el Palacio Presidencial, una copia de la Casa Blanca de Washington pero con un toque de dorado de las Mil y Una Noches, y que tiene la particularidad de haber sido diseñado por el mismo Nazarbáyev.

En medio de la avenida principal de la ciudad se eleva un gigantesco monumento de 97 metros de altura -simboliza al Samruk, ave sagrada de la mitología kazaja-, que se llama Baiterek y evoca a un árbol gigantesco con una enorme elipse dorada en su cúpula.

Epicentro de la capital más joven del mundo, de allí parten las avenidas hasta una serie de edificios futuristas y monumentales, y más allá la estepa.

El nombre de quien gobernó el país desde su independencia a principios de la década de los noventa, y que conduce en las sombras desde marzo de 2019, aparece en la fachada de algunos de los principales edificios y calles de la ciudad que soñó y creó.

El aeropuerto lleva su nombre, al igual que la avenida que conduce al centro de la ciudad, y una pintura que lo refleja frente a los máximos líderes del mundo que lo aplauden y lo observan con admiración cuelga en el hall central del Centro de Convenciones de la ciudad.

Por otra parte, en la biblioteca nacional kazaja hay una enorme sala sólo dedicada a las obras de y sobre Nazarbáyev, con decenas y decenas de libros con su foto en la tapa.

Considerado un héroe nacional, Nazarbáiev decidió trasladar la capital del país desde la antigua Almaty, ciudad expuesta a terremotos y limitada en su crecimiento por su proximidad con la cordillera de Tian Shan, hasta Astaná, donde desarrolló su moderno proyecto que es un muro de contención de la expansión rusa y puente con China.

La dominación soviética que se extendió por poco más de siete décadas todavía se refleja en los mercados que han quedado ubicados en la ciudad vieja de Astaná, perdida en la estepa y que contrasta con la joven movida que colma los nuevos bares y restaurantes de Nur-Sultán.

En una aparece la pulcritud y el orden comunista con mostradores repletos de carnes, verduras y especies, mientras que en la otra, una clase que quiere sofisticarse y asistir a catas de vinos.

También el pasado comunista se hace presente en edificios como el residencial Triumphm, mezcla del Palacio de los Soviets y el edificio de la universidad de Moscú.