Entre los 5 y 6 años, los niños comienzan a atravesar cambios en su cuerpo que se convierten en un hito en toda familia. Uno de ellos es la caída de los dientes de leche. Cuando esto sucede, el pequeño, entusiasmado, suele colocar su diente bajo la almohada esperando recibir una contribución del Ratón Pérez o el Hada de Los Dientes, según la costumbre. Sin embargo, un estudio asegura la importancia de conservar los dientes de leche.
El Centro Nacional para la Biotecnología de los Estados Unidos publicó un informe que revela que los dientes de leche contienen células madre que han estado menos expuestas a daños medioambientales y, por lo tanto, son más valiosas para ayudar a regenerar nuevas células en otras partes del cuerpo.
Según explican los científicos, estas células madre pueden usarse en numerosos procedimientos médicos , y podrían incluso salvar la vida del niño en el futuro.
Es que, entre sus numerosas propiedades, se encuentra la de tener la capacidad de convertirse en cualquier célula del cuerpo, por lo que se han transformado en una parte fundamental en los tratamientos de enfermedades graves, entre ellas el cáncer. Además, contribuyen en la regeneración ósea, de las células neuronales, la prevención de ataques cardíacos, para tratar la diabetes, regenerar el hígado, entre otras.
Actualmente, el mayor banco de células madre es la columna vertebral, de donde se extrae la médula ósea, pero al ser de difícil acceso este nuevo descubrimiento permite explorar aún más sus beneficios.
De esta manera, y según el estudio, si los padres guardan los dientes de leche de un niño, los investigadores podrían extraer información sobre células madre para ayudar a salvar la vida del pequeño más adelante.
Fuente: Diario Popular