Un informe elaborado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) explica que "el dólar paralelo en la Argentina muestra un despegue claro durante abril de 2020 para luego estabilizarse entre mayo y julio"
El control de capitales en la Argentina «fue fundamental» para contener la situación de una crisis global por la pandemia de coronavirus y una economía local «maltrecha producto de cuatro años de las políticas neoliberales», según el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag).
El informe privado señaló que «el control de capitales en la Argentina fue fundamental para contener la situación de una crisis global inédita y una economía local maltrecha producto de cuatro años de las políticas neoliberales de Mauricio Macri».
Según el informe, todas la divisas latinoamericanas se devaluaron durante la pandemia y México encabeza el ranking con un 34%, mientras que en el caso de la Argentina el peso «se depreció de forma constante desde febrero, llegando al 13 de julio con una pérdida de valor del 17%, no muy lejos de otros países».
En este contexto, Celag observó que «el control de capitales siempre tiene sus costos: el tipo de cambio paralelo absorbe las turbulencias cambiarias», y agregó que «el dólar paralelo en la Argentina muestra un despegue claro durante abril de 2020 para luego estabilizarse entre mayo y julio».
«En el resto de economías latinoamericanas, la brecha entre el paralelo y el oficial tuvo una pequeña aceleración durante marzo (4% en promedio) sin mayores sobresaltos en los meses subsiguientes», detalló.
El Celag analizó que «existen varias hipótesis que pueden explicar el sobresalto del mercado del dólar paralelo», entre las que mencionó que este mercado tiene un tamaño «relativamente pequeño» por lo que lo afecta «cualquier shock de demanda o de expectativas».
«Eso pudo ocurrir -explicó- cuando se avecinaban nuevos vencimientos de deuda pública en pesos, creando la expectativa de que los tenedores de esos títulos correrían al mercado a cambiarlos por dólares; esto hizo que subiera la cotización anticipadamente».
Otra hipótesis es que «desde hace mucho tiempo el tipo de cambio estaba rezagado respecto de la inflación, tanto en el mercado paralelo como en el oficial, lo que provoca que los agentes comiencen a apostar contra ese retraso».
«En la práctica, el Gobierno solo convalidó una parte de ese retraso depreciando levemente el peso y, por ende, la presión se dirigió sobre el paralelo, provocando una suba repentina. Dicha presión sigue latente y una nueva suba puede volver a ocurrir en el futuro cercano», advirtió.
Por último, indicó que «las crisis siempre inflaman el nervio de los especuladores. Los pone nerviosos y despierta su instinto de aprovechar el momento para sacar una tajada de ganancia no esperada».
«El país se encontraba en plena negociación con tenedores y una crisis global de dimensiones impredecibles. Era el momento de los especuladores», concluyó.