La cantidad de muertos por la explosión ocurrida el viernes pasado en un oleoducto en la localidad mexicana de Tlahuelilpán ascendió a 96, informó el gobierno del estado Hidalgo, mientras otras 48 personas permanecían hoy hospitalizadas.
El Ejército y la Policía de Hidalgo tuvieron que ampliar la zona acordonada para impedir que los familiares merodearan por el lugar en busca de las personas desaparecidas tras el siniestro.
Por su parte, el presidente Andrés López Obrador, denunció anoche que el lunes se registraron ataques en la mayoría de los oleoductos del país provocando fugas peligrosas, si bien nadie resultó herido.
El mandatario anunció un refuerzo de la custodia de las instalaciones petroleras y un Plan de Desarrollo y Bienestar dotado de una suma equivalente a unos 177 millones de dólares para las comunidades por donde pasan los oleoductos, consignaron medios locales y la agencia de noticias DPA.
Explicó que el objetivo apunta a que sus habitantes no saqueen las tuberías para conseguir combustible.
«Todo esto se fue originado por el abandono al pueblo y la corrupción generados por los anteriores gobiernos, que se dedicaron a robar y saquear y le dieron la espalda a los más desprotegidos», sostuvo el gobernante.
Desde la tragedia, ya se registraron otras dos nuevas fugas de combustible cerca de Tlahuelilpán.
Personal de la petrolea estatal Pemex, el Ejército y la Policía Federal atendieron la fuga y ambas ya están controladas.