La clasificación lograda cuatro fechas antes del final de estas Eliminatorias le otorgó al equipo nacional la posibilidad de experimentar y trabajar con más tranquilidad en estos dos juegos frente a Chile y Colombia
El seleccionado argentino, ya con la clasificación asegurada para Qatar 2022, arranca en el primer mes de este año mundialista un camino que se cerrará en diciembre, con la ilusión puesta en ese domingo 18 en que se jugará la final, y para ello el técnico, Lionel Scaloni, cerró en estas horas la primera convocatoria de cara a los dos próximos partidos de Eliminatorias Sudamericanas ante Chile y Colombia.
La clasificación lograda cuatro fechas antes del final de estas Eliminatorias le otorgaron al equipo nacional la posibilidad de experimentar y trabajar con más tranquilidad en estos dos juegos frente a los chilenos (el jueves 27 de enero a las 21.15 en los 2.300 metros de Calama) y los colombianos (el martes 1 de febrero en el estadio cordobés Mario Kempes desde las 20.30), por las fechas 15 y 16 de esta fase clasificatoria.
Y lo mismo acontecerá en los dos últimos encuentros de marzo, el del jueves 24 frente a la Venezuela de José Pekerman, posiblemente en el estadio Único-Madre de Ciudades, de Santiago del Estero, por la jornada 17, y el de la 18 frente al Ecuador de Gustavo Alfaro en los 2.850 metros sobre el nivel del mar de Quito.
Y la posibilidad de trabajar y realizar los últimos ajustes en estos partidos la otorga justamente esa falta de presión en la búsqueda de puntos que tendrá la selección nacional y que le cae como «anillo al dedo» ante la inviabilidad de realizar amistosos ante selecciones de fuste durante la previa al Mundial.
Es que después de esos cuatro partidos solamente tiene asegurado el seleccionado argentino un compromiso más en el que podrá medir sus fuerzas y «saber para que está» en el contexto mundial, cuando el 1 de junio en el estadio de Wembley, en Londres, enfrente a un grande de Europa como Italia, por la Copa Euroamericana.
Ese encuentro frente a los italianos, que enfrentará al campeón de Europa contra el campeón de América, será una buena medida y una chance inmejorable para que Argentina se mida frente a uno de los seleccionados más importantes del mundo, más allá de que todavía no tenga asegurado su boleto para Qatar.
La decisión de la UEFA en organizar la Liga de las Naciones para que los seleccionados del Viejo Continente se enfrenten entre sí y por ende les impiden a los sudamericanos cruzarse con ellos en amistosos como solía ocurrir antaño, cuando inclusive se programaban giras por países europeos, les quita puntos de referencia a los representativos de la región, y afecta esencialmente a Argentina y Brasil.
Porque aun cuando ambos seleccionados tienen a la mayoría de sus integrantes jugando en equipos importantes de Europa, no es lo mismo ese roce individual que el que necesitan colectivamente para afrontar una cita mundialista.
Por eso Scaloni navega por estas horas, especialmente para esta primera doble ventana del año, entre darle descanso a algunas figuras de la selección como el propio capitán, Lionel Messi, y Ángel Di María, que vienen de sendos procesos de recuperación por haberse contagiado en coronavirus, o aprovechar esos pocos espacios de trabajo con que contará en el primer semestre del año, para seguir aceitando al equipo y al grupo.
Por eso cuando hoy se cerró el plazo de 15 días previos al primer compromiso de Eliminatorias frente a Chile para elevar la lista de «reservados» que actúan en el exterior, Scaloni armó una nómina de casi 40 integrantes, tanto para realizar las últimas pruebas antes de «cerrar» el plantel como también para esperar qué decisión tomará especialmente Messi, que siempre quiere estar pero ahora pasa por un momento «especial» en PSG.
Es que más allá de todo lo bueno y probado hasta ahora, el año que queda por delante hasta el 21 de noviembre en que empezará el Mundial es muy largo, y muchas cosas pueden pasarle a los habituales convocados, más allá inclusive de potenciales e indeseadas lesiones.
Por ejemplo el cordobés Paulo Dybala está atravesando por un momento complicado en la Juventus, ya que su contrato con el club en el que está desde 2015 se extingue en junio próximo y las condiciones de renovación le fueron modificadas en los últimos tiempos, por lo que sus chances de alejarse de la entidad italiana (lo quieren los ingleses Chelsea y Tottenham Hotspur) son firmes, aunque la puja por quedar libre puede tener secuelas.
Por lo pronto Dybala, de 28 años, y su compañero en la «Vecchia Signora», el marplatense Matías Soulé, de 18, están en la lista que armó Scaloni por estas horas, junto a Giovani Simeone (Hellas Verona), Nahuel Molina y Nehuén Pérez (Udinese), todos oficializados por sus respectivos clubes italianos.
Y a ellos se agregan otros tres futbolistas que están volviendo al radar del cuerpo técnico argentino para subirse al último tren, y son Lucas Ocampos (Sevilla, de España), Manuel Lanzini (West Ham) y Alexis Mac Allister (Brighton&Hove Albión), de la Premier League inglesa, los tres con buenos rendimientos en sus clubes en el último trimestre.
Scaloni suma estos «elementos de prueba» a los habituales convocados (Cristian «Cuti» Romero está lesionado en Tottenham y no será de la partida) para terminar de ajustar las tuercas de una maquinaria que tendrá que mantenerse aceitada y con la mejor productividad de punta a punta del año, dentro y fuera de la cancha, para que el sueño de alcanzar la tercera Copa del Mundo sea el mejor regalo de Navidad para los argentinos.