Científicos del Hospital Garrahan, del Instituto Leloir y de Conicet descubrieron mecanismos moleculares que explicarían por qué en algunos casos falla la respuesta de un subtipo de tumor ocular a la quimioterapia
Científicas y científicos del Hospital Garrahan, del Instituto Leloir y de Conicet descubrieron mecanismos moleculares que explicarían por qué en algunos casos falla la respuesta de un subtipo de tumor ocular a la quimioterapia e identificaron potenciales fármacos con capacidad terapéutica.
La investigación, liderada las científicas de Conicet Andrea Llera y Paula Schaiquevich en colaboración con médicos de India y de Estados Unidos e investigadores de Francia y España, fue publicada recientemente en la Revista «Cancers» y estudió un subtipo de retinoblasma (tumor ocular en niños) que constituye un 2% de los casos y hasta el momento no tenía tratamiento.
Según informó la Agencia CyTA, del Instituto Leloir, a partir de material de un tumor primario y sitios metastásicos de retinoblastomas refractarios a quimioterapia de dos niños de 17 y de 30 meses de edad, los investigadores pudieron identificar una «curiosa serie de alteraciones genéticas que explicarían la resistencia de ese tipo de cáncer al tratamiento convencional».
«Llamativamente, los tumores no mostraron mutaciones en el gen RB1, característico de retinoblastoma, pero sin alteraciones del gen MYCN, combinación reportada en sólo el 2% de los casos de este tumor», afirmó Andrea Llera, una de las líderes del estudio y directora de la Unidad asociada de Genómica en Cáncer «Genocan», que funciona en la Fundación Instituto Leloir (FIL).
También identificaron una inesperada mutación en TP53, gen que, «como si fuera un dogma», se consideraba inalterado en retinoblastoma, agregó una primera autora del estudio, la bioinformática Daiana Ganiewich, becaria doctoral de la Fundación Leo Messi que trabaja bajo la codirección de Llera en el Garrahan.
En este sentido, añadió que, además, «se descubrieron alteraciones en los cromosomas 16q y 17p».
Los estudios genómicos se realizaron en colaboración entre investigadores de la FIL, del Hospital Curie (Paris, Francia) y del Hospital Sant Joan de Deu (Barcelona, España).
En una segunda fase, establecieron modelos celulares (in vitro) de ese retinoblastoma agresivo en el Hospital Garrahan y modelos animales (in vivo) de esa enfermedad en la FIL y realizaron un análisis farmacológico en colaboración con el Memorial Sloan Kettering Cancer Center, en Nueva York (Estados Unidos) y con el apoyo de una beca de la Fundación Bunge y Born.
«Estos estudios permitieron identificar 17 fármacos como posibles candidatos por su actividad para tratar estas células tumorales», explicó otro primer autor, el bioquímico y farmacéutico Santiago Zugbi, becario doctoral del CONICET en el Garrahan.
De estos 17 fármacos, seleccionaron un grupo que por su disponibilidad en el mercado y características farmacológicas podrían sugerir efectividad in vivo y factibilidad de traslación a la clínica.
«Estas combinaciones novedosas fueron evaluadas en modelos celulares y animales y demostraron mayor actividad antitumoral que el tratamiento convencional», destacó Paula Schaiquevich, quien dirige la Unidad de Tratamientos Innovadores del Garrahan.
Se trata del panobinostat, bortezomib y carboplatino, que demostraron actividad sinérgica in vitro y que ahora deberían probarse en ensayos clínicos o protocolos de uso compasivo para comprobar su efectividad.
Por su parte, Llera sostuvo que «dada la evidencia de ciertos marcadores genómicos que nos indican la agresividad del tumor, estos pacientes deberían ser identificados para no recibir tratamientos convencionales que se sabe que no van a ser efectivos».
El retinoblastoma, un tipo de tumor ocular en niños, se puede eliminar cuando se detecta en forma temprana y suele ser sensible a la quimioterapia, a excepción del subtipo estudiado en la investigación.
Sin embargo, el pronóstico empeora si el cáncer se disemina principalmente al sistema nervioso central: en esos casos, hasta 9 de cada 10 pacientes no logra curarse pese a la quimioterapia, los rayos y la cirugía.