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Negociaciones encaminadas

Argentina podría exportar cerezas a China


Las cerezas argentinas se encuentran a la puerta de un histórico acuerdo con China ya que, en un contexto de economías regionales golpeadas por los mayores costos internos, se espera la firma de un protocolo que asegure el ingreso a un mercado con demanda elástica y buenos precios.

Argentina exporta en la actualidad poco menos de la mitad de su producción anual (estimada entre 10 y 11 mil toneladas promedio) de cerezas, según un informe del sitio Agrofy News.

El 2018 puede transformarse en un año bisagra para los productores argentinos de cerezas; sobre finales de octubre llegarán al país inspectores chinos para corroborar las condiciones fitosanitarias de la cosecha y empaque del fruto.

La aspiración de las autoridades del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) es lograr la firma del protocolo en la Cumbre de Líderes del G20 en noviembre. De concretarse, los primeros envíos podrían realizarse en el marco de la próxima temporada (que va de noviembre a febrero).

En diálogo con Agrofy News, el gerente ejecutivo de la Cámara Argentina de Productores de Cerezas Integrados (Capci), Aníbal Caminiti, subrayó la importancia de estas gestiones en un contexto de economías regionales en crisis y costos en alza.

«Los mercados asiáticos están pasando por un grado de desarrollo y crecimiento interesante, con mejores cotizaciones que las plazas más tradicionales como pueden ser Europa o Estados Unidos», explicó.

Entre el Viejo Continente y país norteamericano se concentran el 40% de las ventas, en tanto que Asia viene ganando terreno con un 35%, más atrás siguen Reino Unido (16%), Oriente Medio (8%) y Sudamérica (1,5%).

El acuerdo con China supondría el ingreso a un mercado en expansión que permitiría mantenerse a flote en un contexto donde «hoy nuestros productos no son competitivos a nivel internacional», a criterio de Caminiti.

En tanto «el potencial de la industria cerecera per sé, en condiciones normales y de estabilidad, no tiene límites. Tenemos superficies aptas para la producción, con miles de hectáreas sistematizadas y con una rápida reacción ante indicadores favorables. Lo que necesitamos es tener ciertos niveles de previsibilidad», aseveró Caminiti.

La llegada de las autoridades chinas está prevista para finales de octubre y principios de noviembre: primero recalarán en la sede porteña del Senasa, para luego hacer pie en el territorio, donde controlarán todo el proceso, desde la cosecha hasta el empaque, asimismo, observarán el monitoreo y control de plagas.