Espectáculos

Analía Bocassi: «Todos los días le tengo miedo y respeto al micrófono»


La conductora radial y televisiva siempre pone su buena onda para estar en sintonía con su público y antes de empezar el año, dialogó con CLG

La conductora radial y televisiva siempre pone su buena onda para estar en sintonía con su público y antes de empezar el año, dialogó con CLG

Por Mario Luzuriaga

Si hay algo que la caracteriza a Analía Bocassi es su buena vibra a la hora de estar delante de una cámara o de un micrófono. Su simpatía hace que el público la siga tanto en la radio, como en televisión.

Sencilla, divertida, madre y con muchos sueños por delante, Analía dialogó mano a mano con CLG, antes de que termine este 2019 y expresó sus deseos para el año que se viene.

—¿Pensaste alguna vez que sos la compañía de muchas personas?

—En la radio soy más «yo» que en la tele y si comparás los dos medios, es en la radio donde vos le llegas más a la gente. Al estar tanto tiempo al aire, exponés parte de tu vida. Me encanta que me reconozcan por la tele, pero en general me dicen que me conocen más por el otro medio. A los oyentes les gusta que cuente cosas que les pasan también a ellos. Lo bueno es que nunca me alejé de la gente.

—¿Notás que la tele tiene una llegada distinta?

—Es distinto porque no todo el mundo me puede ver los mediodías, y en la radio, al estar más tiempo, se dan más momentos de charlas, de risas, que en la tele, que se presenta un material distinto y más periodístico.

—Pasemos a tus orígenes, ¿cómo nació tu vocación por el periodismo?

—La pasión nació por un micrófono cuando lo vi por primera vez en un acto de primaria. Cuando era chica no leía bien y mi mamá me hizo leer en voz alta y al salir bien, me buscaron para leer en los actos. En un primer momento no sabía lo que quería hacer, pero sí que sea siempre con un micrófono adelante. Ya en la secundaria empecé hacer programitas en la radio los domingos en el pueblo y dije que lo quería hacer profesionalmente. Entonces me decidí por estudiar en Rosario locución, mientras cursaba el segundo año me propusieron hacer un casting, quedé en una FM, y me metí en un mundo del que no querés salir. Me enamoré del micrófono, en donde tu voz hace que la gente se de vuelta y te mire. Es hermosa la conexión que te da con la gente, me fue enamorando y por suerte sigo acá.

—¿Nunca tuviste miedo de hablar por el micrófono?

—Todos los días le tengo miedo (risas), pero también respeto. Hay veces que me mando furcios, me pongo mal, me da vergüenza cuando me equivoco y eso no me deja de pasar.

—Sos una de las personas que logró potenciar FM Vida por tu carisma, ¿cómo fue tu llegada a la emisora?

—FM Vida siempre fue como un monstruo, ha tenido buenos equipos, siempre le ha ido muy bien y está pensada para el público. Hace 20 años que estoy ahí y uno le puso la onda propia. La gente me elige por la forma de ser, porque soy muy cercana a ellos y eso hace que les haga compañía todos los días. Me acuerdo que empecé haciendo el ranking de la radio y muy nerviosa. Yo había estado en cadena 100, en Radio Show, pero llegar a la Vida, la radio en la que escuchaba al «Negro» Albarracín y al que amo, era lo máximo. Hasta el día de hoy no puede entender lo que significó él para mí, pero para mí fue tocar el cielo con las manos.

—Hay momentos lindo y feos, ¿cómo vivís con esas experiencias?

—Uno no se da cuenta porque estás enfocado en el día a día, si te equivocaste, si te retaron o lo que sea. Nunca te felicitan por los éxitos, siempre están cuando pasa algo malo, entonces uno se preocupa para que todo salga bien y no para festejar de que salió todo bien. No es como ganar un campeonato y disfrutas porque ganaste, acá tenes que seguir trabajando y pensás en otras cosas.

—¿No pensás que la «copa» te la da gente al elegirte?

—Ese es el «aguinaldo» que te da todos los meses la gente. Cuando uno te ve en la calle es grandioso y te comentan lo que vos dijiste.

—¿Cómo fue hacerse cargo de un programa emblema como lo es «De 12 a 14»?

—Yo fui muy optimista, pero debo reconocer que cuando se fue Julio Orselli de la conducción, pensé que el programa no iba a funcionar. Yo hice la primera parte junto a Julio, Luis (Novaresio), Miguel (Tessandori) y Carlos (Bermejo). Me trataban como una nena por la diferencia de edad y fueron unos caballeros, me enseñaron un montón de cosas; y Orselli dividió la parte de su material para que yo tenga para decir, fue maravilloso.

Cuando se fue Julio yo pensé que esto se terminaba y Goyán en ese momento dijo que él creó «De 12 a 14» y que iba a funcionar todo bien. Fue mucha presión porque perdíamos muy mal en el rating y tuvimos que construirlo de nuevo y le rescatamos la mística del programa. Le pusimos nuestra impronta y bueno a Ciro (Seisas) le tocó la peor parte, porque lo comparaban con Orselli, fue muy incómodo pero se la bancó. Yo pasé a tener otra responsabilidad y lo encontramos a Juan (Junco) y cerramos el círculo, fue espectacular. Nos divertimos mucho dentro y fuera del aire y eso es lo que llega a la gente.

—¿Te tentaron para ir a trabajar en Buenos Aires?

—En concreto una sola vez, yo iba todos los años a dejar demos, ya que no trabajaba en televisión. Pero la propuesta firme fue en la Televisión Pública para hacer el noticiero de la mañana, pero al ser el contrato mensual, era una apuesta enorme y tenía miedo de perder lo que tenía acá. Decidí quedarme y ahora que soy mamá es distinto y más difícil.

—¿Qué es lo que te hace feliz?

—Tener a la gente que quiero cerca, a mi papá y ser feliz porque la vida es muy corta. Hay mucha gente que quiere vivir y no tiene la oportunidad y no te queda otra que ser feliz.

—¿Un deseo para el 2020?

—Que dejemos de quejarnos y empezar a hacer un poco más. Creo que se le pone muy poco el cuerpo a lo sencillo y se habla mucho.