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Según Global Witness

América Latina es la región donde mueren más ambientalistas


Por haberse opuesto a proyectos mineros, forestales o agroindustriales, al menos 207 personas murieron en el mundo en 2017, de las cuales casi un 60% en América Latina y especialmente en Brasil, según la ONG Global Witness.

Este balance contabilizado en 22 países está sin duda por debajo de la realidad, según el informe «¿A qué precio?», publicado el martes por la ONG británica. La cifra supera además el récord de 2016, con al menos 200 muertos.
Las víctimas eran líderes locales, responsables de proteger la fauna salvaje o «personas corrientes» que defendían sus tierras.

Brasil registró el peor balance, con 57 muertos, con tres masacres en las que fallecieron 25 personas. Ese balance fue cuestionado por el gobierno brasileño, que acusó a la ONG de utilizar «datos equivocados, inflados, fágiles y una metodología dudosa».

El segundo país con más asesinatos de ambientalistas es Filipinas (48), seguido de Colombia (24 muertos) y México (15).

Brasil acusa a la ONG de usar «fake news»

La ONG advierte de que no sólo ocurren asesinatos, dando cuenta de todo un arsenal para amordazar a los oponentes: amenazas de muerte, detenciones, persecuciones, ciberataques, violencia sexual y desapariciones.
En Brasil, granjeros armados con machetes y fusiles hirieron a 22 indios Gamela, de quienes querían sus tierras. A algunas víctimas les cortaron una mano, señala el reporte.

Por este suceso, nadie compareció ante la justicia, «lo que refleja una gran cultura de impunidad e inacción por parte del gobierno brasileño para apoyar a las personas defensoras», prosigue.

La Presidencia brasileña acusó a Global Witness de «distorsionar los hechos», sin investigar presuntas «fake news usadas para atacar al gobierno» y atribuyendo a conflictos agrarios lo que en muchos casos habrían sido ajustes de cuentas entre narcotraficantes.

El comunicado de la Presidencia sostiene además que «el agronegocio genera buena parte del empleo y la renta del país» y que «no se puede generalizar sin fundamento, a todos los agricultores brasileños, crímenes que constituyen casos localizados».