Por Diego Carballido
«Milton juega muy bien al ajedrez y es amante de la música. Toca desde hace un tiempo el violín en la orquesta del barrio Ludueña» dice la profesora de matemática Susana García para referirse a uno de sus alumnos con quién ha compartido, en los últimos años, su pasión por los cálculos y la competencia.
La historia de Milton Casas comienza hace quince años en su barrio natal, en la zona de Juan B. Justo y Provincias Unidas, donde realizó la primaria en la escuela Nº 116 “Santiago del Estero”, para luego iniciar su secundaria en la escuela Nº 434 “General Las Heras”. Allí conoció a Susana, quien fue una de las primeras en notar su interés y su facilidad para las matemáticas. “Hice una invitación en general para participar de las competencias y él fue uno de los voluntarios que se presentó” relata la docente que además se desempeña en la secundaria “Don Bosco” y en la escuela Nº 571.
A partir de ese momento, Milton viene compitiendo en instancias nacionales e internacionales de matemáticas con alumnos que tienen su misma edad o, en ocasiones, mayores que él. En la actualidad, está entre los mejores 100 del país, a la par de participantes que provienen, en su mayoría, de instituciones privadas. “El caso de Milton es uno de los pocos en el país que participa de este tipo de competencias proveniente de una escuela pública” destaca Susana. Los padres de este alumno de tercer año vienen de un hogar humilde de clase trabajadora. Con mucho esfuerzo, incentivan el desarrollo de su hijo y tratan de acompañarlo en cada una de las instancias de competencia.
“El primer año que participó superó un intercolegial y luego no pudo en el regional. Al segundo año aprobó todas las instancias y llegó a la competición nacional donde obtuvo una mención, por lo que tuvo acceso a competiciones internacionales. Los torneos a ese nivel son selectivos, es decir, son cinco o seis los alumnos elegidos para participar”, explica Susana, mientras aclara que Milton ya fue designado para competir en varias olimpíadas a nivel internacional, desde una con participantes de todos los países sudamericanos hasta una organizada por Rumania y, hace pocos días, una convocada desde Irán donde tienen buenas expectativas con respecto a su desempeño.
Todo cálculo a pulmón
Tanto para las competiciones nacionales como para las internacionales, Milton debe viajar a Buenos Aires, donde se realizan la mayoría de estas instancias. Por lo tanto, ese traslado implica que deban destinarse recursos tanto económicos como humanos de cara a este tipo de torneos. En este punto, Susana hace una aclaración importante: «Tuve que recurrir al pedido de apoyo directo de la Ministra de Educación de la Provincia, porque los organismos intermedios no nos estaban ayudando. Muchas veces, hasta me cuesta conseguir las autorizaciones ministeriales para poder viajar a las diferentes competencias. Porque existe una idea errónea de que se trata de un hecho individual, cuando en realidad se invita a todos a participar y es Milton el que siempre avanza”.
Además, se debe tener en cuenta el tiempo de preparación que requiere este tipo de instancias competitivas, lo cual Susana y Milton lo resuelven en la medida en que sus horarios lo permiten. «Todo es tiempo extra. Desde hace poco cuenta con una ayuda en la preparación de parte del Politécnico, pero el resto lo hacemos todo en horarios extras que vamos encontrando en la escuela o me consulta problemas por WhatsApp”, concluye la docente que, a pesar de no obtener un reconocimiento económico por este esfuerzo extra, encuentra su satisfacción en las experiencias que tienen sus alumnos, generalmente provenientes de establecimientos de pocos recursos, al enfrentarse a instancias competitivas con chicos de otras realidades y colegios.
