Fernando Alonso, acompañado por el suizo Sébastian Buemi y el japonés Kazuki Nakajami, brindó este domingo a Toyota su primera victoria en las 24 Horas de Le Mans, en la primera participación del piloto español y en la 20ª del constructor japonés en esta prueba.
A primera hora de la mañana, el Toyota número 8 adelantó a su coche hermano, el número 7 del británico Mike Conway, el japonés Kamui Kobayashi y el argentino José María López, para imponerse con dos vueltas de ventaja, a pesar de una penalización de un minuto de «stop and go» recibida durante la noche. Alonso conquistó así la segunda punta de la Triple Corona del automovilismo, después de vencer en el Gran Premio de F1 de Mónaco, que ganó en 2006 y 2007, por lo que le resta ganar las 500 Millas de Indianápolis.
Nakajima firmó la pole position el jueves por la tarde con un registro de 3 minutos 15 segundos y 377 milésimas y Buemi realizó el mejor parcial en carrera con un tiempo de 3 minutos 17 segundos y 658 milésimas en la quinta vuelta.
Toyota se benefició de una serie de circunstancias favorables, al quedarse esta temporada 2018-2019 como el único constructor en LMP1, tras las retiradas de Audi y Porsche en los dos años anteriores. El trabajo efectuado respecto a la fiabilidad durante el invierno dio sus frutos y no sufrió mayor problema – contrariamente a las reiteradas averías desde 2012- que la escasez de combustible que afectó a Kobayashi a falta de una hora y media para el final.
El Rebellion número 3 del francés Thomas Laurent, segundo el pasado año al volante de un LMP2, el suizo Mathias Beche y el estadounidense Gustavo Menezes completó el podio a doce vueltas del ganador, por delante de su coche hermano número 1. Los otros seis LMP1 no híbridos inscritos por los equipos privados sufrieron con no menos de cinco abandonos, incluyendo el del SMP Racing número 11 del británico Jenson Button, debutante en esta prueba, y el ruso Vitaly Petrov. En LMP2, el G-Drive Racing número 26 de los franceses Jean- Eric Vergne y Andrea Pizzitola y el ruso Roman Rusinov, 5º a diecinueve vueltas, dominó su categoría de principio a fin.
En GTE Pro, donde la lucha entre Porsche y Ford mantuvo despierto al público toda la mañana, el Porsche número 92 «Cochon rose» terminó primero.