El Tribunal Supremo alemán consideró hoy que los dispositivos ilegales que instaló Volkswagen en sus motores diésel son un «defecto material», lo que refuerza la posición de millones de clientes damnificados por el fraude de las emisiones contaminantes.
El tribunal se pronunció por primera vez sobre esta cuestión, y señaló que en base a «interpretaciones jurídicas provisionales» se «debería partir de la base» de que estos programas informáticos son «un defecto material», informó la agencia EFE.
Volkswagen instaló en millones de sus vehículos diésel un software que limitaba el funcionamiento del filtro del motor, lo que hacía que el vehículo contaminase mucho más de lo que se registraba en las pruebas en laboratorio y por encima de los límites europeos.
Medios alemanes publicaron hoy que está en discusión en el Gobierno retirar los permisos de circulación de los vehículos involucrados con este «defecto material».
El Tribunal Supremo tomó esta decisión por la denuncia de un ciudadano que querelló contra su concesionario tras comprar en 2015 un Volkswagen Tiguan, y comprobar años más tarde que incorporaba uno de estos dispositivos ilegales.
El cliente demandó al concesionario, la Audiencia de Bamberg no le dio la razón y el caso llegó al Tribunal Supremo, el cual se pronunció aún cuando las partes llegaron a un acuerdo extrajudicial.
Se estima que en la actualidad cientos de miles de conductores de vehículos diésel de Volkswagen ya denunciaron a sus concesionarios o directamente al fabricante automovilístico, por el escándalo del fraude en las emisiones de gastos contaminantes.
El Tribunal Supremo acogerá un juicio a este respecto por una demanda colectiva de más de 400.000 propietarios.