Espectáculos

Alberto Lotuf: «La radio es la autenticidad del responsable de llevar el formato al aire»


El periodista rosarino confesó a CLG su pasión por la radio en el centenario de la radiofonía argentina

Por Mario Luzuriaga

Este jueves se cumplen 100 años de la radiofonía argentina y qué mejor que hablar con uno de los referentes del medio en Rosario. Alberto Lotuf, reconocido conductor de «A diario», su ciclo que va de lunes a viernes por Radio 2, ama la radio y también tomó el desafío de hacerlo a nivel nacional con «Dicen que dicen», los sábados en Radio 10.

Lotuf lleva 41 años al aire y en diálogo con CLG habló sobre su pasión por este medio que, pese a la inmediatez y la llegada de las redes sociales, sigue más vigente que nunca.

—¿Cómo siente ser parte de estos 100 años de la radiofonía argentina?

—Cuando me pongo analizar estos 100 años, pienso en los 41 años míos haciendo radio, o sea me corresponde un 41% (risas). La sensación es que tengo un trayecto que puedo mostrar, exhibir de manera continua, donde me tocó de conocer en la última etapa a todos los más grandes de la radio de Rosario. Aprender de ellos, poder aplicar todo eso ahora y sobre todo agradecimiento a los audioescuchas.

—Viajando en el tiempo 41 años atrás: ¿cuál es el recuerdo de su primera experiencia?

—Son cosas que ocurren una vez en la vida, es tomar el único colectivo y me lo tomé. Me ofrecieron hacerlo cuando estaba estudiando Derecho en la Universidad Católica para participar en un programa que tenía el Arzobispado en LT8. Me invitaron para hablar de un tema especial y a partir de esa incursión me llevó a hacer una carrera después. Te diría casi de forma inmediata porque la pasión por el micrófono y la atracción por el medio lo tuve toda la vida. En la escuela yo locutaba, era el que levantaba la mano a la hora de actuar en la primaria de granadero o de San Martín. Tenía esa afición que me salía del alma y escuché la radio desde muy chiquito, cuando otros compañeros tenían otra clase de diversión, que pasaba más por la tele. Yo era más de la radio aunque vi mucha tele también.

—¿Puede que esa pasión también se inculcaba por parte de los abuelos y los padres?

—Desde ya, la familia siempre con la radio, mis viejos siempre trabajaron mucho y por allí no estaban tanto en casa. Fue más una postura más personal de ir a dormir con la radio, de Imaginate Flecha Juventud de Juan Alberto Badía, que se hacía en la vieja Radio Del Plata, donde los oyentes podían poner un tema musical; levantarme a escondidas para hacer una llamada telefónica a Buenos Aires, con lo que implicaba en ese momento (risas), no siempre se entraba y cuando lo lograbas y programabas un disco era tocar el cielo con las manos. Esa magia de escucharla a las mañanas por ejemplo LT8 o en LT3 programas nocturnos, en fin, siempre me atrajo y me fascinó el medio. Siempre lo imaginé hasta el primer día que entré y no era lo que pensaba, era mucho mejor, mucho más lindo y me enamoró.

—¿Qué le pasa cuando usted se convierte en una compañía para el público?

—La segunda mañana tiene mucho de eso. Yo hice18 años «De tarde en tarde», yo ya sabía que la conyuntura informativa había pasado por la mañana; entonces ese agregado de hacer compañía de matizar con información y entretenimiento lo tenía muy claro. Cuando llegamos a la segunda mañana hay algo bastante parecido al respecto. La segunda mañana es menos estricta desde el punto de vista informativo y te da lugares a otras cosas frente al principal horario tempranero, donde parece que todas las noticias se tocan y se pueden leer. La compañía es parte de nuestra motivación, sabemos que le hacemos bien a mucha gente, no a los que están solos sino también a los que están trabajando, a los que les provocás una sonrisa para continuar con la jornada. No te olvides que estamos viviendo momentos duros en el país.

—Mucha gente decía que la radio estaba por extinguirse pero en los tiempos que corremos aún está vigente.

—En 1951 nace la televisión, empiezan a flaquear los radioteatros y eran una parte importante de la radio. Esa fue la única batalla perdida frente a la televisión, a partir de perder un poco de terreno gracias a la ficción, comenzó a abordar a la realidad. Eso hizo que se mostrara la realidad con móviles en las calles, tener comunicaciones telefónicas, entrevistas, la realidad implicaba dosis de humor, deporte y se comprendió que era todo rápido y se podía hacer muy inmediato. Si uno estaba trabajando lo acompañaba la radio, o si estás arriba del auto podías estar informado o si estabas tomando sol no podías ver la tele y estaba la radio. De esa flaqueza se aggiornó rápidamente y hoy qué decirte con la irrupción de las FM, de las alternativas como las aplicaciones en los teléfonos, las radios digitales que están creciendo mucho en todo el mundo. No me gusta esa frase que dice: «La radio es la cucaracha que sobrevivió a la radioactividad»; muchos la daban por vencida y creció; tal es así que es el medio preferido por los argentinos.

—Siendo profeta en su tierra, ¿cuál fue el motivo por el que decidió hacer radio a nivel nacional?

—Fue una inquietud de hacer un programa una vez por semana y experimentar una sensación con otros públicos. A ese público no hay que contarle la realidad porque la vivió en carne propia, me tocó hablar de Perón, Evita, Yrigoyen o Alfonsín en el interior, pero el porteño ya lo tenía vivido. Entonces tenía ganas de hacer algo allí con un público distinto pero también conocer las distintas reacciones tanto en radio como en tele, ya que mi programa también sale en canal Metro y antes en A24. Lo tomé como campo de experimentación y me emparentó con muchos colegas y está en contacto con mucha gente que no conocía.

—Por último, ¿qué significa la radio para Alberto Lotuf?

—La radio es ser uno mismo, creo que al profesional se lo conoce solamente a través de la radio. Salvo que tengas la chance de tener un programa de televisión, donde todo es improvisado, donde el rating no interese y donde la noticia pueda llegar ajena, puede que sea. Pero la radio te permite estar como en casa, estar acompañado por los tuyos y experimentar sensaciones con los oyentes. No podés actuar todos los días durante tres horas, en algún momento el oyente te llega a conocer porque comparte tu pensamiento, tus reflexiones o maneras de encarar los temas. La radio es la autenticidad del responsable de llevar el formato al aire.