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Aducanumab: el fármaco contra el alzheimer que genera gran expectación mundial


La dosis elimina la proteína beta-amiloide, causante de esta enfermedad neurodegenerativa, aunque no para definitivamente el avance de la enfermedad

Años y años han pasado en la investigación del alzheimer y tras intentar dar con un tratamiento para este tipo de demencia que afecta a más de 50 millones de personas en todo el planeta, la Agencia Americana del Medicamento (FDA) anunció la llegada del Aducanumab.

Este fármaco es un anticuerpo monoclonal que elimina la proteína beta-amiloide del cerebro y retrasa el declive cognitivo en los pacientes que están en una fase leve de esta enfermedad. El medicamento permitirá tratar las causas, no los síntomas.

Aunque resta aún su aprobación, el comité de expertos independientes realizará una evaluación sobre los ensayos de la fase 3, que serán publicados luego de su debida revisión. De ser positiva, la agencia podría acabar de pronunciarse en marzo.

F.D.A. Panel Declines to Endorse Controversial Alzheimer's Drug - The New  York Times

Los indicios marcan que será así y se estima que “la aprobación de este fármaco supondrá un cambio de paradigma”, según Alberto Lleó, director de la Unidad de Memoria del hospital de la Santa Creu i Sant Pau, en España.

Hasta el momento sólo hay medicación que aborda los síntomas y con la llegada de Aducanumab se potenciaría el doble diagnostico, es decir que las personas que comiencen a notar deterioro cognitivo, motivados por el medicamento, se harán atender y se llegaría a un diagnóstico precoz, algo clave para tratar la enfermedad.

Las proteínas claves en el alzheimer son la beta-amiloide y tau, que por motivos desconocidos comienzan a acumularse en el cerebro impidiendo que las neuronas se comuniquen con facilidad.

El Aducanumba actuaría sobre el beta-amiloide y lo eliminaría evitando así la desconección de neuronas.

De todas formas la enfermedad no se detiene sino que se ralentiza y además hay que tener en cuenta los efectos secundarios ya que un tercio de los voluntarios presentó edemas cerebrales, dolor de cabeza, náuseas o microhemorragias