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Adriana: «Mi vida tiene sentido cuando miro las caras de los chicos»


Por Mario Luzuriaga

Entretener a los más chicos es una tarea difícil, más en tiempos en los que la tecnología muchas veces es parte esencial de sus vidas. Pero eso no es impedimento para Adriana Szusterman. La maestra jardinera es una de las figuras infantiles más reconocidas de la Argentina, siendo ídola de miles de niños.

Este sábado se presentó en Rosario con su nuevo espectáculo lleno de personajes y canciones y deslumbró a los chicos, y también a los familiares que los acompañaron.  Antes de ello, dialogó con CLG y comentó que para ella todos los niños son especiales y que su tarea es integrar a la familia en cada uno de sus shows.

—Imagino que estás a full con tus presentaciones

—Es una adrenalina muy linda, amo Rosario, siempre me reciben de una manera muy cálida. Me hacen sentir muy a gusto.

—¿Cuál es la novedad de este show?

—En este espectáculo las canciones fueron elegidas por el público. Hicimos una convocatoria a través de las redes sociales hace un tiempo y armamos este espectáculo con todos los hits que la gente quiere escuchar. Llegamos a Rosario con canciones y personajes elegidos por los chicos. Y también viene mi papá para hacer el show y por suerte lo pidió el público.

¿Tu papá y vos cantaron tangos en espectáculo anterior?

—Si por suerte se repite el tango y nos debemos a nuestro público.

¿Qué te pasa cuando ves las caritas de los chicos arriba del escenario?

—Me muero de amor, me derrito, es el momento donde mi vida tiene sentido. Es inexplicable lo que me pasa cuando veo sus caritas. Los chicos son mi lugar en el mundo.

Haz ejercido la profesión de maestra, ¿cómo haces para que los chicos logren superar los miedos y demás cosas de la infancia?

—Mi gran base artísitica es mi formación docente, entonces lo que yo usaba en la sala de jardín lo uso en el escenario. Cada uno de mis personajes tiene una personalidad diferente y la personalidad tiene que ver con las características de los niños. Muchos son muy tímidos y esas características las tiene el gatito «Michu». Entonces hacemos un manejo de la situación y hacemos que se vean reflejados de una escena. Entonces jugando y cantando, les digo a los chicos que la vergüenza se va por una ventanita.