Unos 70 sacerdotes y religiosos de la Iglesia Católica de cuatro diócesis en Estados Unidos fueron acusados de abuso sexual o conducta inapropiada hacia menores de edad, y el fiscal general de Missouri, Eric Schmitt, anunció que transmitirá los documentos a los fiscales locales competentes para que sean procesados, se informó hoy.
La agencia ANSA consignó que se identificaron 163 religiosos, de los cuales unos 80 murieron, mientras que otros 16 ya habían sido puestos bajo atención de los fiscales locales bajo esos delitos; mientras que las presuntas víctimas suman cientos, aunque no hay precisiones del número.
El informe sustancial presentado a la prensa estadounidense, de más de trescientas páginas, rastrea los eventos y acusaciones de los últimos setenta años; en particular, el fiscal Schmitt informará a las oficinas del fiscal local unos 12 casos concretos de acusaciones de abuso sexual.
En el proceso se han visualizado más de 2.300 documentos sobre sacerdotes, diáconos, seminaristas y monjas proporcionados por las cuatro diócesis católicas de Missouri en el último año.
Los 163 eclesiásticos acusados, de los cuales muchos murieron considerando que la investigación comenzó en 1945, habían sido acusados de abusos contra menores y en algunos casos han sido acusados varias veces y por varias personas.
«No hay duda de que fue un encubrimiento largo y duradero para ocultar los abusos. La atención de la Iglesia se centró más en proteger a los sacerdotes que en proteger a las víctimas», dijo el fiscal general de Missouri.
Schmitt agregó que «durante décadas, ninguna región del estado de Missouri se ha salvado» de estas actitudes de los religiosos.
Las presuntas víctimas de abuso eran parte de familias muy cercanas a las parroquias, los niños también participaban en los servicios de la Iglesia como monaguillos.
«Muchos testimonios de las víctimas muestran la gran estima que las comunidades tenían por los sacerdotes y obispos que prestaban especial atención a cada uno de sus miembros», se lee en el informe, destacando la dificultad de las propias víctimas para denunciar esos abusos.
Mientras espera que los casos concretos, entre los que aún están en proceso, sigan su curso en los tribunales, el fiscal emitió algunas recomendaciones a las diócesis, incluida la de ejercer un mayor control sobre la vida, usos y costumbres de las órdenes religiosas.