Todo se desarrollaba con normalidad ayer en la 45° Feria Internacional del Libro en Buenos Aires hasta que llegó la hora del discurso de Pablo Avelluto, secretario de Cultura de la Nación. Un grupo de manifestantes lo abucheó y otros tantos le dieron la espalda. El funcionario macrista debió esperar unos cinco minutos para comenzar su discurso.
Gran parte de los manifestantes, que fueron obligados a abandonar las instalaciones, repudiaron la creación de la Universidad de Formación Docente, aprobada por ley aunque aún no implementada que implicará el cierre de 29 institutos de formación docente; en tanto que otro grupo abucheó al secretario al grito de «que venga Rita».
Si bien Avelluto repasó logros como la renovación del Teatro Nacional Cervantes y la participación argentina en la Feria del Libro de Bogotá en 2018, o la realización del Congreso Internacional de la Lengua Española en la ciudad de Córdoba hace menos de un mes, la hostilidad de parte del público fue notoria, a tal punto que la presidenta de la fundación el Libro, Teresa Carbano, pidió al micrófono: «Respetemos a los funcionarios».
El secretario dijo que «se terminó para siempre el uso de la cultura como herramienta política» y se refirió al «momento duro que estamos viviendo al sector editorial».
El secretario dijo hoy en radio Mitre que «la idea de callar al otro la creíamos desterrada», y narró que lo más «triste» es que quienes cometieron estas actitudes eran «chicos jóvenes».
«Cuando me tocó hablar a mi, para cerrar el acto, de pronto se empezaron a escuchar gritos, pero no se entendía muy bien si eran hacia mi, hacia el jefe de Gobierno (Horacio Rodríguez Larreta) o hacia el Presidente (Mauricio Macri)», contó.
«Parecían varios grupos, distintos, independientes entre sí, y yo les dije que podían gritar todo lo que quisieran, que teníamos toda la noche, y que yo no iba a dejar de hablar», relató.
Avelluto continuó: «Efectivamente, siguieron gritando y yo seguí hablando, porque creo que no hay que amedrentarse».
Para el Secretario, en estos temas «estamos discutiendo sobre el derecho básico a pensar, a hablar, a escucharnos entre nosotros».
Al mismo tiempo, evaluó que es «triste la idea de callar al otro proveniente de chicos tan jóvenes. No se dan cuenta que se abre una puerta a algo muy oscuro, a una memoria muy terrible de nuestro pasado».
«Hasta antes de ayer se escupían fotos de periodistas en la Plaza de Mayo -dijo en referencia a escraches cometidos durante el gobierno anterior-, entonces recuperar la convivencia democrática y saber que incluso estamos obligados a pensar diferente y que nos podamos escuchar, son cuestiones básicas», finalizó.