Los docentes, alumnos y padres de la institución de Av. Alberdi y Almafuerte realizaron una protesta para exigir la habilitación del servicio ante las bajas temperaturas
En el corazón del barrio Lisandro de la Torre se encuentra la Escuela Nº 107 «9 de Julio», una institución centenaria de la ciudad que lleva educación a toda la zona norte de Rosario. Más de 600 niños y niñas asisten desde el nivel inicial hasta séptimo grado y los esfuerzos del cuerpo docente para mantener el aprendizaje emergen desde el seno del establecimiento de Av. Alberdi al 942. Sin embargo, el trabajo de los educadores se ve atentando por la falta de suministro de gas, un problema que lleva más de 4 años.
La comunidad educativa sufre la ausencia de este servicio que afecta la presencia de los chicos en medio de un crudo invierno rosarino. «Tenemos problemas con la conectividad porque los estudiantes no tienen dispositivos o no pueden pagarse el wi-fi y cuando vienen a la escuela se encuentran con este frio, así no se puede», remarcó ante CLG Miriam Rojas, vicedirectora de la escuela en conflicto. Es por ello, que este jueves organizaron un abrazo a la institución donde participó desde maestros y alumnos, hasta padres y vecinos.
Rojas relató la situación que la institución vive desde 2017: «Hace cuatro años tuvimos perdida de gas y Litoral Gas nos quitó el servicio hasta que se logre la reparación de los caños aéreos. Se hicieron varias obras de reparación y cada vez que se terminan pedíamos la habilitación».
Pero para sumar incertidumbre a los directivos de la 107 siempre faltaba un paso más: «Nos dicen que falta otra etapa. así nos tienen, de etapa en etapa hace cuatro años. De refacciones en pequeños tramos y nunca llegamos al final de obra, razón por la que no tenemos posibilidad de tener gas en la escuela».
Salones y espacios comunes aislados de calefacción, en la cocina brilla una garrafa que es la única manera de calentar agua o leche para ofrecerle a los alumnos: «A los chicos les damos matecocido o chocolatada caliente y eso es todo. No existe en toda la institución un lugar donde haya gas natural».
Durante varios años, calentaron habientes con estufas de eléctricas, pero al enterarse desde el Ministerio de Eduación, contó Rojas, advirtieron que si seguí utilizando este electrodoméstico corría peligro toda la instalación eléctrica. «Así que no tenemos nada para calentarnos», resumió.
Para Miriam todo pasa por una «cuestión burocrática»: «Hay tantas trabas en el medio que se hace difícil tener calefacción en la escuela. Vamos al Ministerio y te dicen que es cuestión de Litoral Gas, vas a la empresa y te dicen que es culpa del Ministerio. Esa cuestión tiene que ser eliminada o facilitarla», argumentó.
Si bien la matrícula anual de la escuela no se vio afectada en estos cuatro años, Rojas fue contundente al decir que «cada día vienen menos chicos» debido a las bajas temperaturas y la situación de la pandemia y se mostró compresiva con la decisión de los padres: «Es duro soportar las bajas temperaturas».
«Los padres te dicen que por el frio se les hace difícil mandar a sus hijos o los chicos vienen y piden llamar a sus padres para que los pasen a buscar porque tiemblan del frío. No es para menos, realmente hay que estar en la escuela sentado y con ventanas y puertas abiertas», agregó la mujer.
En este contexto, desde la dirección se lanzó un petitorio, a través de la cooperadora escolar, donde los padres firman pidiendo la reinstalación del servicio de gas y así «mover un poco más la cuestión burocrática», afirmó Rojas.
Sobre el final, la docente reflexionó y pidió que «ningún niño pase por esto porque todos tienen derecho a tener educación. El mejor lugar donde puede estar un chico, una chica, es en una escuela pero si no tiene las condiciones dadas se les hace muy difícil».
En la escuela cumbre de Arroyito existe la educación primaria, nivel inicial desde los 5 años y próximamente esperan abrir la sala de 4 años. Pero antes, luchan por tener condiciones dignas para la enseñanza y aprendizaje. «Pensemos más en las infancias que es el futuro de nuestro país», cerró Miriam Rojas, vicedirectora de la escuela «9 de Julio».