Info General

A diez años del primer matrimonio igualitario en Latinoamérica


Alejandro Freyre y José María Di Bello se casaron en 2009 en Tierra del Fuego gracias a la intervención de la entonces gobernadora Fabiana Ríos

Alejandro Freyre y José María Di Bello se casaron en 2009 en Tierra del Fuego gracias a la intervención de la entonces gobernadora Fabiana Ríos

A diez años del primer matrimonio igualitario en Latinoamérica, realizado en Tierra del Fuego gracias a la intervención de la entonces gobernadora Fabiana Ríos, Alejandro Freyre, uno de los protagonistas de tamaña gesta, consideró que en su momento lo que se generó fue «un cambio cultural, un salto cuántico en la conquista de derechos» de la comunidad LGBT.

El matrimonio igualitario se dio como consecuencia de «una larga lucha colectiva» pero también fue necesario, en su momento, «una decisión política», aseguró Freyre, quien participó esta tarde de un encuentro donde se celebró el décimo aniversario del primer casamiento entre personas del mismo sexo de la región, siete meses antes de que se apruebe la ley nacional que finalmente lo permitió.

A principios de 2009, Freyre, que venía militando incansablemente por la defensa de los derechos del colectivo desde 2005 junto a la Federación Argentina LGBT, y su pareja en aquel entonces José María Di Bello, se propusieron hacer lo que «muchas parejas habían intentado, pero no habían podido lograr que era casarse como cualquier pareja heterosexual».

Ambos concurrieron a un registro civil de la ciudad de Buenos Aires a solicitar turno para contraer matrimonio, sabiendo que el mismo les iba a ser negado, pero fue «un plan estratégico. Fuimos con un escribano para que deje sentado el acto de discriminación», recordó Freyre, que apuntó que además ese día estuvieron acompañados de familiares, amigos y compañeros del colectivo.

La pareja presentó a la justicia porteña un «amparo» en los tribunales en lo Contencioso y Administrativo, y ocho meses después la jueza Gabriela Seijas resolvió aprobando el matrimonio entre Freyre y Di Bello.

«Fue la primera vez en el mundo que una sentencia de primera instancia permitía el matrimonio igualitario, de hecho ese fallo se toma como ‘leading case’ y se enseña hoy en las universidades de derecho», aseguró Freyre y agregó que «ese no era el fin del cuento» ya que le tocaba al gobierno de la Ciudad, en ese entonces con Mauricio Macri a la cabeza, decidir «si apelaba o no la sentencia».

Era noviembre de 2009 y había mucha «presión social», en ese entonces «la sociedad empezó a debatir ante un hecho inminente y Macri, que gobernaba en base a las encuestas, dijo que no iba a apelar la decisión de la justicia y dejó firme la sentencia. Una sentencia firme y consentida por ambas partes es ley y nadie la puede romper».

La pareja decidió casarse el 1 de diciembre, Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, pero ya en el registro civil, con amigos, familiares y medios de comunicación de distintas partes del mundo, «llegó una orden de otra jueza (Marta Gómez Alsina) que se contrapuso al fallo de Seijas, estaba en manos del gobierno porteño desconocer este segundo fallo, pero Macri presionado por la Iglesia no lo hizo».

A través de varios debates los distintos gobernadores habían manifestado su postura respecto del matrimonio igualitario y, una que se mostró a favor fue Fabiana Ríos, de Tierra del Fuego, fue entonces que Freyre y Di Bello viajaron de incógnito a Ushuaia, y pidieron turno para casarse, asesorados por su abogada Carolina Bon Opiela que les recordó que en ese distrito el registro civil depende del ejecutivo local.

«Estaba en manos de la gobernadora que mantuvo su discurso y nos permitió casarnos, no teníamos invitados, ni amigos, ni fiesta, pero nos habíamos casado», recordó Freyre de 49 años y agregó que tras el matrimonio «hubo jueces que intentaron impugnarlo, nos abrieron causas civiles por cosas sin sentido, pero ya habíamos cambiado algo y logramos que muchas parejas homosexuales lograran acceder al matrimonio».

Siete meses más tarde el Congreso aprobó la ley 26.618, pero en ese momento «no se votó a favor o en contra del matrimonio igualitario, ya habíamos demostrado que nos podíamos casar, pero lo que se logró aprobando esa Ley fue la igualdad, que lo puedan hacer todos y todas, sin depender de en qué juzgado caiga la causa».