Opinión

A 44 años de la muerte del General


Por Alberto Botto

“Para un argentino no debe haber nada mejor que otro argentino”. Hay palabras que retumban siempre en el universo y en las conciencias de los seres humanos, como estas con la que inicio esta brevísima nota de opinión y que le pertenecen al ex presidente de la República, el general Juan Domingo Perón. Un Perón que llegó a este país desde el destierro, desde el exilio, comprendiendo que no es en el odio donde se funda la vida digna y mejor para todos, sino en el amor. En el amor aun pensando distinto, sintiendo distinto y aun obrando distinto en muchas cosas, pero no en lo fundamental: en el obrar para el bien común.

Estas palabras lo significan todo para la grandeza de la Patria y son propias de los grandes líderes que han sufrido la humillación, el escarnio, la venganza y la cárcel o el destierro, como Perón, como Mandela, ese revolucionario que después de su prisión dio muestras de su sabiduría al decir: “Al salir por la puerta hacia mi libertad supe que, si no dejaba atrás toda la ira, el odio y el resentimiento seguiría siendo prisionero”.

Hoy, muchos argentinos (no todos afortunadamente) está atrapados en la cárcel del odio, del rencor, del deseo nefasto de que a su prójimo le vaya mal solo porque no piensa igual ¿Adónde conduce eso? ¿Y qué bienestar supone para nuestros hijos y descendencia?

La Patria hoy necesita de líderes como Perón, como ese radical fantástico, Ricardo Balbín, que también comprendió que no es por la división que las naciones se hacen grandes. La Patria necesita, también, un periodismo sensato, que no alimente las vanas pasiones y sus propios negocios y un poder que entienda que la economía debe ser solidaria y no para unos pocos, que el poder debe estar al servicio del pueblo y no de un sector. Los gobernantes debe comprender y aplicar aquello de Perón cuya muerte recordamos hoy: “Para poder gobernar es menester no aferrarse siempre a la propia voluntad, no hacerles hacer siempre a los demás lo que uno quiere, sino permitir que cada uno pueda hacer también una parte de lo que desea”.