Un 10 de abril de 1981 el "10" de Boca le dio una lección al Millo bajo la lluvia en La Bombonera. Fue una noche única e histórica para los boquenses
Hace 40 años, Diego Maradona abría la puerta para ubicarse en el sitial de los grandes ídolos de Boca con aquel gol ante River que dejó desparramado en el césped al mismísimo Ubaldo «Pato» Fillol y a César Alberto Tarantini, tras lo cual colocó la pelota en un costado del arco que da a la Casa Amarilla para decretar la contundente victoria por 3 a 0 ante el rival de toda la vida.
Muchos de los que estuvieron esa noche de lluvia, el 10 de abril de 1981, dicen que nunca la Bombonera tembló tanto como en el momento sublime en que la pelota toco la red. Miles de almas hacían volar sus paraguas y sus gorros, mientras Diego corría de alegría y detrás de él los fotógrafos se caían a su paso.
El primer ciclo de Maradona en Boca no fue el más largo, ya que se fue después del Mundial de España 1982, y ese año jugó apenas 11 partidos amistosos y ninguno oficial, antes de quedar concentrado en marzo con el seleccionado argentino que dirigía César Luis Menotti.
Después regresó en 1995 hasta 1997, pero su primer paso fue tan intenso que lo transformó en algo inolvidable por los hinchas «xeneizes».
Y mucho tuvo que ver la jornada del viernes 10 de abril de 1981, por la 10ma. fecha del torneo Metropolitano, cuando Boca goleó 3-0 a River, con su genialidad y los otros dos goles de Miguel Brindisi.
Se jugó ese viernes en horario nocturno porque el domingo 12 había Fórmula 1 en el Autódromo Oscar Galvez, en la temporada que Carlos Reutemann salió subcampeón de la categoría, y la seguridad de entonces pidió que ambos eventos no se realizaran el mismo día.
En un fútbol argentino con sus estrellas jugando en su tierra, ese partido tenia un sabor especial ya que era el primer superclásico del «10» y porque del otro lado, con la camiseta «millonaria», estaba Mario Kempes, héroe del Mundial 78 con la selección nacional.
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Aquel Boca que dirigía Silvio Marzolini, que salió campeón de ese torneo en el único titulo oficial de Maradona en la Argentina, mezclaba la experiencia de Vicente Pernía, Jorge Benítez, Roberto Mouzo, Miguel Brindisi y Hugo Gatti -quien hizo su aporte en el final- con la osada juventud de Oscar Ruggeri, Hugo Perotti, Sergio Escudero, Carlos Córdoba y los primaverales 20 años de Diego.
Del otro lado, en el embarrado piso de la cancha de Boca estaban los hombres que dirigía Ángel Labruna, entre ellos cinco campeones del mundo: Fillol, Daniel Pasarella, Tarantini, Norberto Alonso y Mario Kempes.
El Xeneize ganó gracias a un doblete de Miguel Ángel Brindisi, el socio perfecto del 10 en ese torneo, después de un primer tiempo parejo, más luchado que jugado y donde fue expulsado Reinaldo Merlo en los visitantes.
El primer gol del ex Huracán llegó tras una gran jugada de Maradona, quien dejó varios rivales en el camino, entre ellos a Pasarella que lo revoleo por los aires. No obstante, «Pelusa» se repuso y trabó con Fillol, provocando el rebote que derivó en el 1-0. Pocos minutos después llegó el 2-0, con una buena definición del 9 después de un brillante pase del «Mono» Perotti.
Pero la frutilla de la torta llegó a los 22 minutos del segundo tiempo, cuando Carlos Córdoba armó una buena apilada, abrió un surco de izquierda a derecha y metió un centro preciso para encontrar a Maradona cara a cara ante el arquero de River y campeón del mundo.
Apenas un toque para un costado de Diego dejó a Fillol de rodillas y luego desparramó a Alberto Tarantini para depositar la pelota contra un palo y desatar la locura de la hinchada de Boca.
«Que sea, que sea» relataba Victor Hugo Morales por radio en su transmisión por El Mundo para agregar el «la largó como una lágrima» para finalizar «pasarán años y años y todos hablaran de este gol».
La celebración fue elocuente: corrida con los brazos abiertos y puños en alto del «10», para luego quedar de rodillas sobre el césped a centímetros del banderín del córner para ser abrazado fuertemente por el «Tano» Pernía, uno de los pocos que quedaban de la época dorada de las copa ganadas con el «Toto» Lorenzo.
«El dale Boca, dale» resonaba más que nunca mientras, los que pintaban canas en el sector de socios vitalicios, lo comparaban por su magnitud con aquel gol de Severino Varela, el goleador de la boina blanca, ante la Maquina de River en los umbrales dorados de la década del ’40. Los más jóvenes, de pelo largo y rebeldía en épocas de dictadura militar, decían que se lo contarían a sus nietos.
Pasaron ya 40 años, pero aquella noche sigue en la memoria colectiva del pueblo boquense, y sin dudas fue una de las mas brillantes de la rica historia del fútbol argentino.
Síntesis del partido
Boca: Carlos Rodríguez; Vicente Pernía, Roberto Mouzo, Oscar Ruggeri y Carlos Córdoba; Jorge Benítez, Ariel Krasouski y Diego Maradona; Osvaldo Escudero, Miguel Brindisi y Hugo Perotti (26 segundo tiempo, Carlos Morete). DT: Silvio Marzolini.
River: Ubaldo Fillol; Eduardo Saporiti (31 primer tiempo Héctor López), José Luis Pavoni, Daniel Passarella y César Tarantini; Juan José López, Reynaldo Merlo ,Norberto Alonso y Nicolás Commizo; Pedro González (14 del segundo tiempo, Ramón Díaz) y Mario Kempes.
Goles: ST: 10′ y 15′, Brindisi; 22′ Maradona (BJ).
Expulsado: PT: 23′ Reynaldo Merlo (RP).
Arbitro: Arturo Andrés Iturralde.
Cancha: Boca Juniors.