Los habitantes de Madagascar acudirán este miércoles a las urnas para participar en la primera vuelta de unas elecciones presidenciales cruciales para la paz en esta isla africana del océano Índico sumamente pobre.
Los principales favoritos son tres expresidentes, protagonistas de las turbulencias políticas que afectaron la isla durante las dos últimas décadas.
«El desafío de estas elecciones será consolidar la paz», tras las trágicas crisis político-militares de 2002 y 2008 y las tensiones en la pasada primavera a raíz de unas polémicas leyes electorales, explicó a la AFP Sahondra Rabenarivo, miembro del Observatorio Malgache de la Vida Pública (Sefafi).
Tras la independencia en 1960, prácticamente no hubo ninguna contienda electoral en Madagascar en la que no se produjeran «protestas radicales y enfrentamientos violentos», según Sefafi.
Hasta 36 candidatos se presentan en las elecciones presidenciales del miércoles. Entre ellos, hay cuatro expresidentes, varios ex primeros ministros, dos pastores y un cantante muy famoso en la isla.
Esta larga lista de candidatos refleja, según Sefafi, «la debilidad de los partidos políticos» en esta joven democracia.
Según los analistas y un sondeo prohibido publicado a finales de septiembre, se disputaran la victoria tres expresidentes: Marc Ravalomanana (2002-2009), Andry Rajoelina (2009-2014) y Hery Rajaonarimampianina (2014-septiembre de 2018).
No obstante, el presidente saliente Rajaonarimampianina parece haber perdido terreno en las últimas semanas, después de que dejaran de apoyarle varios diputados y un exconsejero.
Las prioridades de los habitantes en Madagascar, uno de los países más pobres en el mundo, son la lucha contra el paro, la inseguridad y el acceso al agua potable y electricidad.
«El pueblo malgache sufre más allá de sus fuerzas. En cuarenta y ocho años he visto este país hundirse año tras año», asegura indignado el padre Pedro, que asiste a los más modestos en Antananarivo, la capital.
«La pobreza no cayó del cielo, fue creada por los políticos de este país», que posee grandes reservas de minerales, critica el padre Pedro.
La mayoría de los candidatos comparten el mismo objetivo: el desarrollo de Madagascar. Pero estos prometen «sin explicar cómo van a conseguirlo», lamenta Rabenarivo.
Cuentas pendientes
Las presidenciales también deben servir para «solucionar a través de las urnas las cuentas pendientes de 2009» entre Ravalomana y Rajoelina, a los que prohibieron presentarse en 2013, explica el miembro del Sefafi.
Tras varias semanas de confrontaciones violentas en 2009, el presidente Ravalomana cedió el poder al ejército que, por su parte, confió en el joven Rajoelina, entonces alcalde de Antananarivo.
Ravalomana y Rajoelina, hasta entonces adversarios políticos, se aliaron contra el régimen de Rajaonarimampianina, acusado de querer silenciar a la oposición.
Tras varias semanas de manifestaciones, en las que murieron dos personas, se formó un gobierno de coalición para terminar con la inestabilidad. Ahora, los principales actores de esta crisis se disputan la jefatura del estado.
La campaña ha sido tranquila, pero existe «el riesgo de que haya sobresaltos», advierten los analistas.
«Es muy importante que el resultado sea creíble (..) y que el tercero acepte» el hecho de no acceder a la segunda vuelta, afirma Rabenarivo.
Una veintena de candidatos denunciaron numerosas irregularidades en las listas electorales y pidieron que se aplacen las elecciones.