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Irigoitia cuestionó los indicadores nacionales y la estrategia fiscal del Presupuesto municipal para 2025


El Concejo Municipal se prepara para la presentación del presupuesto general para el año 2025, una proyección financiera que, según la concejala justicialista Julia Irigoitia, muestra luces y sombras. La edila destacó algunos aspectos positivos del plan, pero cuestionó los supuestos macroeconómicos utilizados como base, calificándolos de «irreales».

Irigoitia apuntó contra las proyecciones macroeconómicas de orden nacional que sustentan el presupuesto. «Hoy más que nunca podemos pensar que los indicadores son irreales: una inflación del 18% anual y un crecimiento económico del 5% están completamente alejados de la realidad», afirmó.

Entre los puntos destacados, la concejala valoró la buena calificación crediticia del municipio, que permitirá la colocación de bonos por $22.409 millones en 2025. Sin embargo, cuestionó el destino de estos fondos: «No son para obras estratégicas, sino para inversiones menores que un municipio como Rosario debería poder afrontar con recursos propios».

Como ejemplo, mencionó la inversión de $7.900 millones destinada al mantenimiento y reparación de veredas. «Es un número lógico, pero responde a cuatro años de abandono en el mantenimiento, lo que nos obliga ahora a realizar una inversión de este nivel», argumentó.

Otro aspecto positivo señalado por Irigoitia es que el 51,4% de los recursos proyectados para 2025 provendrán de la recaudación municipal, lo que refuerza la autonomía financiera de Rosario. Sin embargo, advirtió que más de la mitad de estos ingresos dependen del Derecho de Registro e Inspección (DREI), íntimamente ligado al dinamismo de la actividad económica.

En este contexto, la concejala criticó la estrategia tributaria del municipio, que prioriza «aumentar la percepción de riesgo ante incumplimientos fiscales» y considera la subasta pública como un mecanismo disuasorio. «En un contexto de recesión y pérdida del poder adquisitivo, el incumplimiento fiscal no es voluntario, sino una medida de supervivencia que las familias adoptan para sobrellevar la crisis», explicó.

Irigoitia también expresó reparos sobre el uso de la digitalización como herramienta fiscal. «Si bien es importante avanzar en la modernización de los trámites, nos parece una jugada artera fomentar la digitalización para luego utilizarla como un instrumento de presión al ciudadano común, generando miedo a no poder pagar los impuestos», señaló.

Finalmente, la edila dejó una incógnita: «Si los pronósticos de crecimiento y baja inflación para el próximo año fueran reales, ¿por qué la estrategia tributaria está centrada en aumentar la percepción de riesgo del incumplimiento?».

El debate sobre el presupuesto 2025 promete ser intenso, con posturas divididas en torno a la viabilidad de las proyecciones económicas y las herramientas fiscales del municipio.