El obispo de La Rioja Enrique Angelelli, asesinado por la última dictadura militar el 4 de agosto de 1976, será beatificado el próximo 27 de abril, confirmó la diócesis local.
La ceremonia se realizará en La Rioja y participará como representante del papa Francisco, el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, informó la agencia AICA.
El papa Francisco dispuso que el rito de beatificación de Angelelli; de Gabriel Longueville, sacerdote diocesano; de Carlos de Dios Murias, sacerdote profeso en la Orden de los Frailes Menores Conventuales y del laico Wenceslao Pedernera tenga lugar en la ciudad de La Rioja el 27 de abril de 2019. En un primer momento tal rito había sido fijado para el próximo 15 de diciembre.
Así lo anunció una comunicación dirigida al obispo emérito de La Rioja, monseñor Marcelo Colombo, y actual arzobispo de Mendoza, firmado por el sustituto para los asuntos generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, monseñor Edgar Peña, y fechada el 17 de octubre, fiesta de San Ignacio de Antioquía, obispo y mártir.
En la comunicación, monseñor Peña solicita que la diócesis establezca contacto con la Congregación para las Causas de los Santos y con el postulador de la causa, padre Damián Pátrascu OFM, postulador general de la orden de los Hermanos Menores Conventuales, para lo concerniente a la organización de la celebración.
Por decisión del Papa Francisco, la Iglesia Católica beatificará al obispo Angelelli, asesinado por la última dictadura militar el 4 de agosto de 1976: la beatificación es el paso previo en la Iglesia católica al reconocimiento de un fiel católico como santo.
Antes de ser elegido pontífice en 2013, el entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio había señalado que Angelelli había sido un mártir de la Iglesia «al dar la propia vida por sus ovejas».
El 4 de agosto de 1976, el obispo de La Rioja, Enrique Angelelli, murió en medio de un hecho presentado como un «accidente de tránsito» y 38 años después del episodio, en 2014, se esclareció como un «homicidio», lo cual solo permitió condenar a dos de los cincos acusados.
Se trató de los represores Luciano Benjamín Menéndez y Luis Estrella, ya que los otros tres imputados en la causa, Jorge Harguindeuy, Jorge Rafael Videla y Juan Carlos Romero había fallecido antes.
El día de su muerte, Angelelli viajaba acompañado por el sacerdote Arturo Pinto, a bordo de un auto que terminó volcando tras haber sido encerrado por dos vehículos, según las investigaciones.
El obispo se dirigía desde El Chamical a La Rioja para ver a un enviado del Episcopado y con varias carpetas donde reunía pruebas de los asesinatos de los curas Carlos Murias y Gabriel Longueville y de un laico muy cercano a él, Wenceslao Pedernera, a manos de las bandas militares de la época.
Estos asesinatos ocurrieron quince días antes de su propia muerte y Angelelli, según testigos, supo que además era un anuncio de que el «próximo era él».