Por José Odisio - CLG
Por José Odisio
Sebastián Méndez trabaja desde hace una semana como entrenador leproso. Y mientras se aguarda por la llegada de refuerzos, el hincha se pregunta si es el indicado para este momento. Y más allá de análisis profundos que se pudieran hacer, la realidad es que Méndez está ahí porque se convenció de sentarse en un banco ‘caliente’, donde la responsabilidad es grande, pero hay perspectivas para lograr objetivos más que interesantes.
Newell’s no es un desastre como el hincha enojado expresa en la calle o en las redes. Obviamente la última parte del ciclo Larriera mostró la peor imagen del equipo y el partido con Instituto preocupó a todos. Pero la realidad no es tan dramática, siempre y cuando lleguen tres o cuatro refuerzos para apuntalar las necesidades. Hay una base de equipo. La misma que arrancó muy bien en la Copa de la Liga y luego se desinfló. Y la Lepra tiene aspiraciones deportivas a la vista, como la Copa Argentina con un fixture favorable y la proximidad a entrar a la zona de clasificación a una Copa.
Y Méndez, desde afuera, pareció entender esto. El DT confesó que lo primero que hay que revertir es el tema anímico, la confianza del plantel. Por eso no habló de grandes objetivos y confió que la premisa inicial es ganar, fortalecerse a partir de un par de buenos resultados, mucho más si se tiene en cuenta que el Clásico está a sólo cinco partidos del reinicio. Y no hace falta aclarar el valor que tiene ese cotejo.
¿Línea de tres o cuatro? ¿Esquema 4-3-3 o un 4-4-2 sin extremos? Lo táctico será importante y ahí se verá la idea futbolística y la mano de Méndez para acomodar las piezas. Pero lo primero pasa por la cabeza y el Gallego lo tiene muy claro. Si logra revertir eso, el equipo dejará de ser el ‘desastre’ que expresan los hinchas y volverá a ilusionar.