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Logran por primera vez obtener electricidad del calor de un volcán


Este generador termoeléctrico geotérmico ha sido instalado en la Isla Decepción. Se trata de uno de los dos volcanes activos que existen en la Antártida

Un equipo de investigadores de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) han logrado, por primera vez en el mundo, obtener electricidad aprovechando el calor del subsuelo en un volcán situado en la Antártida con el fin de proporcionar energía continua a dispositivos que vigilen la actividad volcánica.

Este hito, logrado por el grupo de Ingeniería Térmica y de Fluidos de la UPNA, liderado por el catedrático David Astrain, supone un avance de alcance para que la comunidad científico-tecnológica pueda desarrollar en el futuro un sistema capaz de predecir erupciones volcánicas y reducir así el impacto sobre la población.

Producir electricidad de un volcán

Esta tecnología, con la que se ha experimentado en Isla Decepción, constituye un avance para monitorizar en tiempo real fenómenos geológicos y volcánicos.

El equipo de investigación ha inventado y desarrollado una tecnología hasta ahora inédita, basada en módulos termoeléctricos de efecto Seebeck. Éstos son capaces de transformar el calor geotérmico del volcán en energía eléctrica. Para ello, se aprovecha la diferencia de temperatura que existe entre el calor de las fumarolas y el frío aire de la Antártida.

Este generador termoeléctrico geotérmico ha sido instalado en la Isla Decepción. Se trata de uno de los dos volcanes activos que existen en la Antártida, donde se llevan a cabo varios proyectos de investigación que están relacionados con la geología volcánica.

“Se estima que el 10% de la población mundial vive a menos de 100 km de distancia de un volcán activo; es decir, con posibilidades de entrar en erupción. Por ello, el estudio geológico y la vigilancia volcánica son extremadamente importantes para conocer mejor estos fenómenos y poder predecir una posible erupción, reduciendo el potencial impacto sobre la población”, indica David Astrain, catedrático de la Universidad Pública de Navarra.

“Sin embargo, sólo el 30% de los volcanes activos del mundo están siendo monitorizados, según la World Organization of Volcano Observatories. Una de las razones principales de esta carencia se encuentra en el reto tecnológico que representa el suministro energético necesario para alimentar los sensores de medida y equipos de emisión de datos geológicos y vulcanológicos, especialmente en lugares remotos y de climatología extrema”.

Primeros resultados

Aunque los datos obtenidos sean prometedores, el equipo de investigadores advierte de que son solo los primeros resultados. Con el fin de seguir probando esta nueva tecnología, instalarán más generadores en la próxima campaña Antártica.

“Si demostramos el correcto funcionamiento durante todo el año en la Antártida, esta tecnología podría ser extrapolada a muchos otros volcanes del mundo, lo que contribuirá a aumentar la seguridad de la sociedad civil, al mejorar la vigilancia volcánica remota con una mejor y mayor anticipación a las erupciones volcánicas”.