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Obesidad: Argentina avanza en el control de esta epidemia mundial


Por Dra. Andrea Miranda (*)  

Unas semanas atrás la novedad recorrió todos los medios de comunicación y las redes sociales: por primera vez en 20 años, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó una droga para el tratamiento de la obesidad. No es para menos tal repercusión: en nuestro país, según datos del Ministerio de Salud de la Nación, 6 de cada 10 adultos presentan exceso de peso. Para los niños en edad escolar las cifras son preocupantes: un 30% tiene sobrepeso y un 6% obesidad. 

Es imprescindible que esta epidemia sea parte de la agenda pública ya que, en lugar de disminuir, va en aumento a nivel global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1975 casi se ha triplicado. En 2016 más de 650 millones de adultos eran obesos y esta cifra es más alarmante cuando hablamos de infancia: los datos arrojaron 41 millones de niños menores de cinco años con sobrepeso u obesidad.  

¿Por qué es necesario un abordaje integral y un tratamiento multidisciplinario de esta problemática, tanto desde el sector público como desde el privado? Porque la obesidad – síndrome de evolución crónica, multifactorial y caracterizado por un aumento generalizado de la grasa corporal-, se asocia a comorbilidades que deterioran la calidad y reducen las expectativas de vida. Entre aquellas, podemos enumerar diabetes tipo 2, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, afecciones del aparato óseo o cuestiones cardíacas y cerebrovasculares. Además, una persona obesa tiene mayor tendencia a desarrollar distintos tipos de cáncer. 

En el trabajo a lo largo de los años con pacientes con sobrepeso y obesidad se hace evidente que la mayoría de ellos presenta dificultades para manejar sus emociones -por ejemplo, la ansiedad, el estrés, la angustia, los miedos, entre otras-, que suelen canalizar en la comida. La aprobación de la liraglutida -nombre genérico del principio activo de esta droga- significa un avance en este desafío al actuar sobre los receptores del cerebro que controlan el apetito y la saciedad. Indicada por un especialista y generando hábitos saludables, los pacientes podrán reducir entre un 5 y un 10% de su peso, ya que al sentirse llenos y satisfechos, continúan sin frustraciones el tratamiento. 

¿Quiénes son candidatos a recibir liraglutida? Adultos mayores de 18 años con obesidad, es decir, que presentan un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 30, o aquellos que presenten un IMC mayor a 27 (con sobrepeso) y enfermedades asociadas, como las ya mencionadas. No está indicado para mujeres embarazadas o en período de lactancia. Este medicamento se aplica mediante una inyección y ya era utilizado, a diferentes dosis, para el tratamiento de diabetes, siendo una droga eficaz y segura que mejora los niveles de glucemia, presión arterial y lípidos. 

Asegurar el éxito del tratamiento viene de la mano de una reeducación en hábitos saludables alimenticios y cambios en el estilo de vida acordes a cada persona, por eso es importante el acompañamiento profesional. Podemos comenzar atendido a ciertas cuestiones: realizar siempre cuatro comidas y dos colaciones al día, controlar la cantidad y calidad de las porciones, aprender a diferenciar el hambre de la ansiedad, no caer en dietas restrictivas ante la desesperación, realizar una actividad física que nos agrade y dormir bien (entre 6 y 8 horas diarias). 

La enseñanza de estas rutinas saludables debe comenzar desde los primeros años de vida. Generar un hábito en que el niño come menos cantidad, pero con mayor frecuencia, a la medida de sus necesidades y privilegiando alimentos de calidad. Pienso que al menos un 50% de los casos de obesidad en adultos podría prevenirse si desde la niñez se adquieren hábitos alimenticios saludables. 

 

(*) Médica Nutricionista, especialista en obesidad y trastornos alimentarios. Directora Médica de la Sociedad Argentina de Estética y Nutrición Integral (SAENI). Autora del libro «¿Yo soy mi peso?”.