Tras las críticas que recibió el Gobierno por la intención de que usuarios pagaran efectos de la devaluación en distribuidoras del servicio de gas, la Casa Rosada suma un nuevo conflicto en materia de energía, esta vez a nivel internacional, ante un reclamo de Bolivia para cumplir un contrato que se extiende hasta 2026. Se trata del contrato de compra-venta de gas natural, que Argentina pretende rescindir en dos años.
«El contrato está vigente y lo haremos cumplir», subrayó el ministro boliviano de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, luego de que el secretario de Energía, Javier Iguacel, anunciara que «en dos años más ya no se va a necesitar el gas de Bolivia», publicó la AFP.
Argentina es el segundo mercado para el gas boliviano, después del de Brasil, cuyo contrato concluye el próximo año. Según lo acordado, Bolivia debe entregar a Argentina un volumen de 5,2 TCF hasta 2026: según precisó Sánchez, hasta ahora se han despachado 1,7 TCF.
Asimismo, el país gobernado por Evo Morales diariamente suministra entre 18 y 20 millones de metros cúbicos del energético.
Ambos países polemizaron en julio último por una factura impaga de 256 millones de dólares. Sánchez dijo que hasta fin de mes se sumará otro recibo por 133 millones de dólares.