El sismo de magnitud 7,5 sacudió la prefectura de Ishikawa, del lado del Mar de Japón, en la isla principal de Honshu, informó el Instituto Geofísico Americano
Al menos cuatro muertos dejaron los sismos que sacudieron este lunes, el primer día del año de 2024, el centro de Japón, y provocaron importantes daños y tsunamis con olas que pueden llegar a más de cinco metros de altura en algunas zonas, por lo que las autoridades ordenaron a la población evacuar y dirigirse a terrenos más elevados mientras que desde el consulado argentino en Tokio informaron a Télam que «no hay ciudadanos argentinos en el epicentro» de los temblores.
El sismo de magnitud 7,5 sacudió la prefectura de Ishikawa, del lado del Mar de Japón, en la isla principal de Honshu, informó el Instituto Geofísico Americano (USGS).
🇯🇵 | ÚLTIMA HORA: Terremoto de 7,6 grados en Japón: Alerta de tsunami, cortes de energía y personas atrapadas bajo los escombros. pic.twitter.com/nHgpOc1UNx
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Las autoridades exhortaron a la población a refugiarse ante el riesgo de olas gigantes, consignó la agencia de noticias AFP.
La agencia Euronews reportó que las autoridades japonesas activaron una alerta de tsunami advirtiendo de posibles olas de hasta cinco metros en prácticamente todo su litoral occidental tras un fuerte terremoto de 7,4 ocurrido en la prefectura de Ishikawa, situada en el centro de la isla de Honshu, la principal del país, frente a la costa del mar de Japón.
En diálogo telefónico con Télam, el encargado de la sección consular de la embajada argentina en Japón, Mauricio Muñoz, explicó a esta agencia que «en Japón viven aproximadamente unos 3.000 argentinos, pero ninguno vive en el epicentro del terremoto, en la localidad de Noto, en la prefectura de Ishikawa, que tiene una población estimada en 16.000 habitantes».
Las primeras olas, con una altura de 1,20 metros aproximadamente, han llegado ya a la ciudad de Wajima, unos 500 kilómetros al oeste de Tokio en torno a las 16.21 hora local (4.21 de la mañana de esta madrugada en Argentina), informó la cadena de radiotelevisión pública NHK, que activó la programación de emergencia, con los presentadores instando a gritos a la población para que se alejen de las costas y busquen resguardo en terrenos elevados.
Las autoridades advirtieron que a estas primeras olas les pueden seguir otras de mucha mayor altura. Otras localidades de las prefecturas de Ishikawa o Niigata han reportado ya subidas de la marea de entre 540 y 80 centímetros.
«Somos conscientes de que sus casas y pertenencias son muy queridas para ustedes, pero sus vidas son más importantes que cualquier otra cosa. Corran a las zonas más altas posibles», dijo un presentador del canal NHK.
Poco después, las primeras consecuencias comenzaron a sentirse en las costas.
Olas de 1,2 metros de altura golpearon el puerto de Wajima, en la península de Noto, y otras más pequeñas se registraron en otros lados, incluido en la isla de Hokkaido, en el norte.
La agencia meteorológica japonesa (JMA) emitió una advertencia por tsunami con olas que podían alcanzar los cinco metros, pero la revisó después a la baja.
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico, con sede en Hawái, informó también unas horas después que el riesgo había quedado atrás: «La amenaza de tsunami pasó en gran medida», declaró la agencia estadounidense.
Por su parte el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ofreció en comunicado «la asistencia que sea necesaria al pueblo japonés».
El ministro de Defensa, Minoru Kihara, informó que 1.000 militares están preparados para dirigirse a la región y que otros 8.500 fueron movilizados.
Las autoridades usaron también 20 aviones militares para registrar los daños.
En tanto, la autoridad de transporte cerró las autopistas en la zona cercana al epicentro y Japan Railways anunció que los trenes de alta velocidad entre Tokio y la prefectura de Ishikawa quedaron interrumpidos.
El Gobierno, por otro lado, precisó que no se registraron consecuencias en las centrales nucleares del país.
En Ishikawa y las prefecturas vecinas de Toyama y Niigata unos 33.500 hogares quedaron privados de electricidad y muchas casas se derrumbaron en la ciudad de Suzu, según los informes.
Los daños causados por los sismos afectaron sobre todo a las casas antiguas, que suelen ser de madera.
El portavoz del Gobierno, Yoshimasa Hayashi, señaló «seis casos» de personas que estaban en edificios derrumbados en la zona de Ishikawa.
La policía indicó a su vez que investiga informes de que dos personas murieron en la ciudad de Nanao.
Imágenes en la televisión mostraron también un importante incendio que devastó varios edificios en Wajima.
En un video en la red social X se pudo ver a casas antiguas destruidas. «Es el distrito Matsunami de Noto. Estamos en una situación horrible. Por favor, ayúdenos. Mi ciudad está en una situación horrible», lamentó una persona en la grabación.
«Hay un gran incendio. No podemos decir de inmediato cuántas casas están afectadas», dijo a AFP un bombero de la localidad.
Algunas ciudades del extremo oriente ruso emitieron también alertas por posible riesgo de tsunami, aunque sin proceder a evacuaciones.
Las autoridades de Vladivostok, ciudad rusa de 600.000 habitantes, aconsejaron a los pescadores regresar a puerto.
En total se registraron en la península de Noto más de 50 sismos de magnitud 3,2 o superior en un lapso de cuatro horas.
Situado en el denominado «cinturón de fuego» del Pacífico, Japón es uno de los países del mundo donde los sismos son más frecuentes.
El archipiélago aplica normas de construcción extremadamente estrictas, de modo que los edificios suelen ser capaces de resistir fuertes sismos, y los residentes están acostumbrados a este tipo de situaciones.
Pero persiste en el país el traumático recuerdo del terrible terremoto de magnitud 9,0 seguido de un gigantesco tsunami que en marzo de 2011 provocó una catástrofe que dejó unos 20.000 muertos o desaparecidos.
Esa catástrofe incluyó el accidente nuclear de Fukushima, el peor registrado en el mundo desde el de Chernóbil en 1986.
El tsunami causó que se fundieran tres reactores de la central nuclear japonesa.