Por Diego Carballido
«Entablamos un diálogo con autoridades municipales para plantearles la situación y realizar el pedido de reapertura de los refugios municipales”, explicó Richard Camarasa, uno de los referentes del Movimiento Solidario Rosario (MSR), en diálogo con CLG. ”Tuvimos una buena recepción, la iniciativa fue tomada y se iniciaron las conversaciones necesarias para ver de qué manera pensamos una alternativa para las personas en situación de calle”, dijo Camarasa al referirse al encuentro que tuvieron con el Ejecutivo.
El refugio municipal ubicado en Grandoli 3450 todos los años abre sus puertas para el período invernal como una alternativa para que muchas personas tengan un lugar donde pasar las noches más gélidas, principalmente de junio y julio. Generalmente, para esta época del año los refugios se encuentran cerrados porque así lo determinan los convenios acordados. El pedido realizado desde el Movimiento Solidario Rosario plantea la posibilidad de una reapertura del edificio ubicado en la zona sur como una alternativa para la gran cantidad de personas que están pasando necesidades en las calles rosarinas.
“El tema está en evaluación y nos dijeron que revisarían las condiciones para poder permitir la reapertura”, contó Richard, quien también aclaró que los canales de diálogo no están abiertos solo con el municipio. «No solamente tenemos abiertas conversaciones con la municipalidad, sino también con la provincia, con autoridades nacionales y con todos los actores sociales comprometidos con el interés común. Nosotros abrimos el diálogo con todos aquellos a quienes les importa lo que les pasa a otras personas. La idea es trabajar en conjunto y encontrar una solución a esta situación”, detalló Camarasa, quien también aclaró que es la primera vez que su organización realiza un pedido de este tipo. Según su visión, la excepcionalidad del pedido se debe a que «hay mucha gente que está en situación de vulnerabilidad, y no me refiero solamente que viven en la calle. Tenemos gente, por ejemplo, que se les dificultad la vuelta a sus hogares porque tienen miedo de perder la parada en la que trabajan. Son muchas las realidades que se nos presentan, por eso planteamos la posibilidad de tener un refugio permanentemente abierto”.
Las dificultades que arroja este presente económico se ven reflejadas con más crudeza en los sectores más vulnerables de la sociedad. «Existe un incremento de las necesidades, en sintonía con el informe reciente de la UCA que determinó un 37% de los argentinos por debajo de la línea de pobreza. Eso, nosotros lo vemos reflejado en los sectores más vulnerables y es indiscutido que nos ha aumentado la demanda de ayuda”, diagnosticó Camarasa y agregó: «Es un momento para que las organizaciones sociales y las autoridades oficiales tengan presente esta situación y trabajen en conjunto. Tratando de subsanar este déficit en cuestión alimenticia y social que parece profundizarse a partir de la ruptura del tejido social en nuestro país».
Una ayuda, pero no la solución
Desde el MSR tienen presente que su pedido por la reapertura de refugios representa sólo un paliativo frente a un panorama social mucho más complejo que exige soluciones de base. «Como en su momento trabajamos con los cuidacoches sociales, tratamos de buscar alternativas a través del diálogo para mejorar la calidad de vida de muchas personas. Sin embargo, entendemos que el refugio no es la solución. La alternativa definitiva es que haya trabajo para que la gente se pueda ganar su plato de comida y, de esa manera, vivir en un lugar con dignidad», sentenció Caramasa.
El MSR es una ONG que desde hace diez años realiza sus tradicionales “recorridas solidarias” donde asisten a decenas de personas en situación de calle. «Tenemos por suerte mucha gente dando una mano desde el MSR, y eso está bueno. Es lo más importante que tiene el movimiento; las fuerzas, las ganas y las convicciones de quienes forman parte de este espacio», compartió Richard, quien al ser consultado sobre cómo analiza la evolución de este presente, de cara a fin de año y las necesidades que pueden llegar a incrementarse, concluyó: «Creo que todos estamos preocupados. Sería un mentiroso si te diría no, porque todos estamos afligidos por lo que está sucediendo, pero hay que tener confianza y saber que vamos a salir todos juntos. Es un buen momento para pensar a futuro y consensuar de qué manera podemos trabajar todos coordinados. Dejar de quejarnos, empezar a pensar un poco más en el que tenemos al lado y ver de qué manera podemos mejorar su vida».