Los activistas reclamaban la demolición de dos parques eólicos en la región de Fosen
«Hoy, cerramos el Estado», proclamó la música y militante sami Ella Marie Haetta Isaksen frente a un grupo de manifestantes, la mayoría de ellos vestidos con el traje tradicional azul y rojo de este pueblo que habita en Laponia, una región que se extiende por el norte de Noruega, Suecia, Finlandia y la península de Kola, al noroeste de Rusia.
Los activistas reclamaban la demolición de dos parques eólicos en la región de Fosen, en el oeste de Noruega, que califican de «ilegales» desde una decisión de la Corte Suprema noruega hace casi un año y medio, informó la agencia de noticias AFP.
Según el órgano judicial, el proyecto no respeta el derecho de las familias samis a practicar su cultura, la cría de renos, lo que viola un texto de la ONU sobre los derechos civiles y políticos.
Si bien el tribunal consideró por unanimidad que las autorizaciones para construir 151 turbinas en dos parques eólicos no eran válidas, los 11 jueces no establecieron qué hacer con ellas.
Las autoridades noruegas se comprometieron a respetar la decisión del tribunal y ordenaron nuevas investigaciones para encontrar un mecanismo que permita la coexistencia entre los generadores de electricidad y la cría de renos.
«No podemos utilizar la supuesta transición climática como cobertura para el colonialismo», declaró ayer la activista sueca Thunberg en la cadena local TV2.
«Una transición climática que viola los derechos humanos no es una transición climática digna de este nombre», aseveró.
Además del Ministerio del Petróleo y la Energía, cuyos accesos ya fueron bloqueados la víspera, los activistas extendieron sus acciones al Ministerio de Economía y Finanzas.