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Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer Infantil: la tasa global de curación es del 60% en el país


Los números fueron difundidos por la Sociedad Argentina de Pediatría. Esgrimen que un diagnóstico temprano marca la diferencia en el pronóstico

El cáncer infantil es la primera causa de muerte por enfermedad en niños y niñas de entre cinco y 15 años en Argentina, sin embargo, la tasa global estimada de curación en el país es de alrededor de un 60%, según la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), por lo que especialistas resaltaron que el diagnóstico temprano para «marcar la diferencia en el pronóstico».

La SAP estimó entre 1.300 y 1.400 casos nuevos de cáncer infantil por año en el país, por lo que es la primera causa de muerte por enfermedad en los chicos y chicas entre cinco y 15 años, precedida por los accidentes, indicó el Centro de Servicios Hospitalarios al conmemorarse este miércoles 15 el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer Infantil.

En este sentido, se estiman al menos 450 muertes por año de cáncer en menores de 15 años, sin embargo, la tasa global estimada de curación en Argentina es de alrededor de un 60%.

«La detección temprana del cáncer, el diagnóstico oportuno y el correcto manejo de la enfermedad pueden mejorar el pronóstico del niño y aumentar las posibilidades de cura. El diagnóstico temprano puede marcar la diferencia en el pronóstico y en los efectos secundarios a largo plazo, siendo primordial el rol del médico pediatra en la detección de la patología», explicó Tomás Piqueras, CEO del Centro de Servicios Hospitalarios.

Por su parte, la pediatra María de los Ángeles Caia, del Hospital Pirovano, afirmó que «las causas (de la enfermedad) aparentemente serían de origen genético o por una mutación, y por eso hay muchos cánceres infantiles que hasta el momento con las terapias diagnósticas vigentes no se pueden prevenir».

También remarcó que «el progreso de los índices de supervivencia de los últimos años se debe principalmente a las mejoras en los tratamientos y al mejor soporte clínico».

Entre los síntomas a estar atentos, detalló la «fiebre persistente, pérdida de peso y apetito, palidez, astenia, sangrados o hematomas espontáneos, persistentes e inexplicables. También si al bañar al chico por ejemplo se notan tumoraciones en abdomen, pelvis, cuello y cabeza, extremidades y testículos».

Añadió que también hay que prestar atención si manifiestan «dolor óseo, articular o sufren fracturas espontáneas. Si hay un caso de pérdida de la visión, definitivamente también hay que consultar».

En relación a los signos neurológicos, mencionó los cambios de conducta, disminución del rendimiento escolar, trastornos del equilibrio o la marcha y convulsiones.

Además, ante la presencia de estos síntomas, recomendó «no entrar en pánico y consultar con los médicos».

«Cada diagnóstico de cáncer infantil es distinto. Pero, en general, el trayecto comienza cuando un niño tiene signos y síntomas que motivan a sus padres a consultar al médico. Los pediatras pueden pedir hemogramas completos, análisis bioquímicos de la sangre y de orina y pruebas por imágenes: los ecógrafos pueden realizar detección y seguimiento de cánceres tumorosos en órganos blandos», añadió Piqueras.