Fue recuperado y las nuevas autoridades buscan potenciar las disciplinas que ofrece y mejorar sus instalaciones y servicios para que las familias del barrio "pasen más tiempo en el club"
Se renovó la ilusión. Hay vientos de cambios que soplan fuerte puertas hacia adentro. El Club de Bochas El Torito se puso de pie nuevamente. La tenacidad de un grupo de vecinas y vecinos forjó la recuperación y le devolvió la identidad a la institución de la zona norte, que está anclada en Medrano 2110 y fue fundada el 8 de octubre de 1938. El objetivo es potenciar las diversas disciplinas que ofrece en pos de contener a la gran barriada.
El azul y el blanco predominan en el histórico escudo. Las y los jóvenes se muestran felices mientras disfrutan de las actividades que tiene el club. En la actualidad hay cerca de 150 socias y socios que le dan vida a la institución mientras practican patín artístico, danzas árabes, tai chí, ritmos y zumba, folclore, pilates, entrenamiento funcional y taekwondo.
La flamante dirigencia está tratando de potenciar los cimientos de la entidad, sobre todo tras soportar algunos vendavales que casi hicieron crujir sus históricas paredes.
“El club recién comenzó a ponerse de pie hace unos años. A nivel institucional se la pasó mal debido a diferentes causas. Eso generó que El Torito fuera intervenido en 2016 por una comisión casi de urgencia”, explicó el tesorero Miguel Casas.
Además, recordó: “No había personería jurídica. La comisión que estaba no estuvo a la altura. No encontramos ninguna documentación, ni balances, nada de nada. El club así no podía seguir y por eso terminó siendo intervenido. Es más, como era el síndico terminé quedando al frente de todo esto”.
“Debo admitir que cuando surgió todo este conflicto quise renunciar, pero seguí por consejo de la Dirección de Clubes de la Secretaría de Deporte y Turismo de la Municipalidad”, acotó el directivo.
Club de Bochas El Torito se fundó el 8 de octubre de 1938. “En esa época, según los registros, la sede fundacional contaba tan solo con un saloncito chico que estaba en esta misma esquina, en Freire y Medrano. Al principio solo se jugaba a las bochas y al billar, ya que eran los deportes más populares de la época”, señaló Casas.
Como todo club de barrio tuvo su esplendor. “Acá se organizaban grandes bailes. Venían orquestas y bandas populares. Todo iba viento en popa. Sin embargo, con el correr del tiempo la institución fue degradándose sin pausa”, remarcó el tesorero, y amplió: “Esto fue decayendo, a complicarse por la situación económica y otras cosas. El piso para hacer patín, por ejemplo, no servía porque estaba desparejo y era peligroso. Había que empezar a hacer inversión en materia edilicia. No fue fácil porque fueron años de no poner un peso, y eso generó una inversión grande y compleja de resolver”.
Seguidamente, confió: “Con el paso de los años las bochas fueron desapareciendo, como sucedió en la mayoría de las instituciones. En su momento de gloria había dos canchas con una tribuna y buffet especial para los bochófilos”.
De lleno en la directiva
Casas rememoró: “Yo era síndico y me tocó quedar al frente de la institución en un momento delicado porque esto podía desaparecer y dejar a muchas familias fuera de este ámbito”.
“Cuando nos hicimos cargo adoptamos algunas medidas innegociables. Por ejemplo, una de las bases fue que cada chica y chico que venía a hacer algún deporte debía ser socio. Y así fue que se fue incrementando el número de la masa societaria, donde llegamos a 100 en la primera etapa, y además a contar con recursos económicos para afrontar diversos gastos”, afirmó.
“Para septiembre de 2018 ya teníamos todo en orden y por eso convoqué a elecciones. Me propusieron ser presidente, pero las madres de los deportistas me pidieron que sea tesorero por el tema de dinero que ingresaba y salía», consideró Casas, a la par que agregó: “Como percibieron que se habían hecho mejoras y existía un control de todo, confiaron en mí. Fue así que seguí en el club pero ya como tesorero bajo la entonces presidencia de Héctor Lucas”.
El directivo destacó que el pasado 11 de noviembre ratificó el cargo, en ocasión de la renovación de autoridades, y ponderó: «Ahora el presidente es Rolando González y el vice es Juan Medina, quien desde chico venía al club y tiene un verdadero sentido de pertenencia».
Obras en marcha
“Me entusiasmé de entrada con la gestión y lo primero que hicimos fue arreglar el salón chico. Eso nos permitió ponerlo en alquiler para fiestas de cumpleaños de los chicos o hacer reuniones, y obtener así un dinero extra que nos permite afrontar los gastos fijos. Mientras que si queda algo de plata se guarda para hacer mejoras edilicias”, manifestó el tesorero al referirse a las distintas actividades y estrategias que pusieron en marcha para levantar el club.
Además, compartió distintas iniciativas previstas para el futuro: “Queremos mejorar el buffet. Está destruido. La gente que estaba a cargo lo dejó mal. Ahora estamos en busca de un concesionario porque consideramos que puede funcionar. Viene gente y es un servicio más para nuestros asociados”.
Y concluyó: “También estamos por remover y hacer nuevos parrilleros. Queremos que la familia pase más tiempo en el club. Para eso hay que ofrecerle servicios. Por eso también ponemos a disposición de toda la masa societaria los tres salones que tenemos. El Club Bochas El Torito está creciendo nuevamente”.