Los datos surgen luego de un informe publicado a través de una encuesta del Área Corazón y Mujer de la Sociedad Argentina de Cardiología
El 58% de las cardiólogas sufrió violencia de género en el ámbito laboral, según una encuesta del Área Corazón y Mujer de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) cuyas conclusiones aportan nueva evidencia acerca de que esa situación junto a la sobrecarga e inequidad laboral en las mujeres son factores de riesgo adicionales para la salud cardiovascular que potencian los tradicionales como hipertensión, obesidad y tabaquismo.
El trabajo -que ganó recientemente un premio en el 48º Congreso Argentino de Cardiología- fue realizado en septiembre de 2021, contó con la participación de 611 profesionales y arrojó que la violencia de género laboral fue más frecuente en las cardiólogas (58% versus 10% expresado por los especialistas varones) al igual que la violencia doméstica (16% versus 6%).
«Si bien tenemos estadísticas a nivel mundial, desde el Área Corazón y Mujer de la SAC junto con el Área de Investigación realizamos esta encuesta entre especialistas en cardiología y el objetivo era no sólo evaluar los factores de riesgo tradicionales (hipertensión arterial, tabaquismo, colesterol elevado o diabetes), sino también otros estresores que como la inequidad laboral y la violencia de género», dijo a Télam la cardióloga intervencionista Bibiana Rubilar de Seggio.
En relación a los resultados, la especialista que dirige el área de Corazón y Mujer «Dra. Liliana Grinfeld» de la SAC detalló que «las mujeres cardiólogas realizaban guardias con mayor cantidad de horas por día (entre 12 y 24 horas) y de esta forma lograban agrupar mayor cantidad de tiempo laboral para luego tener más tiempo disponible en sus casas».
«Además, el 72% de las encuestadas consideró excesiva la carga laboral con remuneración no acorde a su formación académica; y la mitad de las cardiólogas consideró que la maternidad limitó el desarrollo profesional, no sólo para aspirar a un cargo, sino también a la hora de elegir la especialidad», describió Rubilar.
No obstante, el 72% elegiría nuevamente la misma especialidad y el 18% elegiría otra profesión no médica.
«Lamentablemente la violencia de género a nivel laboral también fue evidenciada casi en un 60% por las cardiólogas y, por último, las mujeres también manifestaron ser mucho más sedentarias en lo que se relaciona a la falta de tiempo para ocuparse de sí», añadió.
Los resultados de la encuesta revelan que entre las médicas cardiólogas las alteraciones del ciclo del sueño eran más frecuentes que entre los varones. Además, el 5% de todos los especialistas refirió desinterés, pensamientos negativos o infelicidad, situación más frecuente en las representantes del sexo femenino (7% vs 3%).
«Los factores de riesgo no tradicionales tienen un efecto potenciador sobre los tradicionales; además, las personas sometidas a estos estresores crónicos presentan más probabilidad de desarrollar hipertensión arterial, obesidad, sedentarismo y depresión», aseguró por su parte Verónica Lía Crosa, subdirectora del Área Corazón y Mujer de la SAC y autora principal de la investigación.
Crosa sostuvo que todas estas condiciones «operan a su vez sobre el autocuidado, es decir, que las personas adhieren menos a las pautas higiénico-dietéticas, como llevar una dieta saludable, realizar actividad física y cumplir adecuadas horas de sueño».
«A la vez, estas situaciones puede generar una perpetuación de conductas nocivas como el tabaquismo, el alcoholismo y el abuso de drogas, según está descripto en la bibliografía. Ahora, llevado al plano de las profesionales médicas, resulta más grave porque la persona está tratando de brindar atención médica en un ambiente que le resulta nocivo», subrayó.
La especialista consideró «un paso muy importante que una sociedad científica como la SAC habilite la presentación de este tipo de investigaciones» y que la haya premiado «porque implica que se empiece a reconocer que esta situación está ocurriendo, algo fundamental para generar cambios y para que las mujeres accedamos a mejores condiciones laborales».
«Algunas medidas públicas como la Educación Sexual Integral (ESI) también pueden favorecer para que se genere una conciencia social sobre el rol de la mujer y para no promover situaciones de violencia de género y abuso», indicó.
Para Rubilar, quien también es Prosecretaria de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), «entre las especialistas en Cardiología los factores de riesgo no son muy diferentes de los de la población en general y lo paradojal es que, pese a manejar información, las cardiólogas se cuidan menos».
«Hay que aumentar las campañas de difusión para que la mujer no se postergue. La mortalidad cardiovascular está por encima del cáncer de mama u otro tipo de cáncer ginecológico y, además, no sólo tenemos los factores de riesgo convencionales, sino que como vemos en este trabajo a esos hay que agregarles los ligados íntimamente al género: violencia y sobrecarga laboral», enfatizó.
La cardióloga detalló que «antes se hablaba de una brecha de mortalidad de unos 10 años respecto de los hombres, pero hoy es sólo de entre 8 y 6 años; no hay que esperar a la menopausia para hacer los primeros controles, no hay que demorar la consulta, deben realizarse a partir de los 40 años anualmente». Finalmente, en relación al premio, sostuvo que «desde la SAC nos da muchísima alegría, ya que significa que nuestras propias autoridades han valorado la encuesta, y es un paso más para que se reconozca el problema y podamos seguir trabajando a nivel integral en beneficio de la Salud de La Mujer».