Alicia Fernández cumplió 40 años en la profesión y fue reconocida por el Concejo Municipal con una distinción por ser la primera periodista deportiva de la ciudad
Por Sofía Dalonse – EQC Noticias y CLG Noticias
Desde hace 57 años, Alicia Fernández se dedica ininterrumpidamente a «hacer lo que ama, por sobre todas las cosas». Apasionada como pocas, descubrió desde muy chica su vocación por el periodismo deportivo, que en ese entonces era un ámbito exclusivo para hombres. Esa pasión por el oficio la llevó a modificar los parámetros culturales de ese momento y abrir la senda para que el género femenino sea tenido en cuenta.
Al cumplir 40 años en la profesión, fue reconocida por el Concejo Municipal con una distinción por ser la primera periodista deportiva de la ciudad.
En la actualidad, continúa en plena actividad en AM 1090 (Radio Libertad) y en Televisión Regional, con sus programas «Por siempre clásicos», «Cebollitas» y todo el deporte amateur.
Fútbol y periodismo: sus pasiones eternas desde la juventud
Desde niña, Alicia asiste religiosamente al «Gabino Sosa» para ver a Central Córdoba. Los colores del «Charrúa» trascendieron en su vida, reflejando el pasado y presente. Recuerdos, emociones, encuentros, familia, oficio. Todas esas palabras las encuentra en ese club de fútbol que logró apropiarse de su esencia.
«Empecé a ver fútbol de la mano de mi papá. Desde niña me llevaba a ver Central Córdoba y esa pasión continúa. Ya vamos por la cuarta generación: mi padre, yo, uno de mis hijos y ahora mi nieto», contó.
Paralelamente, comenzó a surgir otro romance durante su juventud. La radio apareció en su vida de casualidad y terminó siendo la causa de su destino.
«Tenía un vecino que era locutor, a mi me apasionaba lo que él hacía . En ese entonces, los locutores iban de una emisora a la otra, tenían distintos programas pero eran la voz de una de ellas. Él era la voz de LT8, sus programas tenían que ver con el espectáculo y la música», expresó.
Alicia tenía 12 años y sentía gran admiración por él. Lo observaba cuando hacía la lista de los temas con autor, intérprete, orquesta y la cantidad de minutos que duraba; básicamente el guión que se hace hoy en día. Al respecto, señaló: «Antes era todo muy riguroso, yo le pedía si lo podía ayudar ya que en mi casa había una máquina de escribir, de esas viejas y pesadas. Con el tiempo él comenzó a llevarme a sus programas»
De esa manera, comenzó a descubrir el fascinante mundo de entrevistas y orquestas que presentaba en vivo. Según comentó, su vecino era muy famoso en la década del 50 -60 y murió muy joven, con apenas 40 años .
«Me formé desde chica en ese mundo del periodismo, la locución y la presentación . Y con el paso del tiempo sentí que era ese mi lugar y quería hacer algo allí».
Sus primeros pasos: detalles que marcaron la diferencia
Cuando terminó el secundario, ya tenía decidido estudiar en la escuela de periodismo, el ISEF 18, la única que existía en ese entonces: «Me inicié en el periodismo deportivo estando en el segundo año de la carrera de Periodismo General, así se la llamaba. Consideraba que sabía mucho de fútbol y que estaba en condiciones de pertenecer a un diario, creía que bastaba con eso, pero no fue nada fácil».
Con firmeza y seguridad, decidió presentarse en el diario «La Tribuna».
«Me atendió el Sr. Pascual, que era el jefe de Deportes. La mesa estaba integrada por seis periodistas deportivos. Allá por mediados de los 60, eran redacciones grandes», describió y continuó el relato- «Me miraron sorprendidos cuando manifesté que era estudiante de la carrera de periodismo y me gustaría escribir sobre fútbol porque iba a la cancha de Central Córdoba y conocía mucho del tema. Según su testimonio, el jefe de Deportes le dijo: «No señorita, acá en este diario no hay mujeres, somos todos hombres, la única mujer que hay está en la planta baja y es la cajera y encargada de cobrar los avisos comerciales. Ni siquiera hay un baño para las mujeres».
–«Yo no tengo problema con lo del baño, puedo ir al bar de enfrente», le respondió Alicia, quien tenía la intención de ser colaboradora y hacer notas. Pero lo que recibió fue un «no» rotundo.
«Cuando estoy bajando la escalera para irme, se acerca uno de los integrantes de la mesa, el Sr. Valdez , el otro era Caligari Marelli; todos grandes periodistas deportivos de la época que actualmente están fallecidos. Me dice que el jefe le manda a decir que suba porque quería hablar conmigo», recuerda.
-«Mire en pocos días va a haber un torneo de golf en Rosario, el torneo del Litoral, que es uno de los más importantes del país. Usted puede acompañar a Valdez que cubre el diario La Razón, El Gráfico y para nosotros. Le vamos a dara una oportunidad para que vaya aprendiendo, pero no tiene que estar acá en la redacción. Lo que escriba será desde su casa, ¿tiene máquina de escribir no?»; le dijo Pascual.
Faltaban tres días para ese gran campeonato en el que venía gente de todo el país y el exterior. Valdez le preguntó a Alicia si entendía algo de golf: «Le comento que tengo un tío que es profesional y me dice que hable con él para que me oriente un poco y si me iba bien con esas notas comenzaría a hacer una columna de golf, ya que no tenían especialistas en esos deportes», dijo.
«Hice todo lo que me dijeron. Mi tío me dio algunas orientaciones, fui conociendo, aprendiendo. Había que leer mucho y encontrar material dentro de lo poco que se publicaba…me leía todos los diarios, como no los podía comprar, me iba a la hemeroteca. Hoy con google me iría muy bien», concluyó entre risas.
Las claves para consolidarse en un camino sinuoso
Poco a poco, Alicia fue superando las adversidades que se presentaban en este sendero que ella misma comenzaba a abrir. Las dificultades fueron diversas, pero no había nada que la detuviera.
En 1965 «La Tribuna» lanzó una nueva sección dentro de Deportes, que se publicaba una vez a la semana. La novedad era producto del trabajo que ella venía realizando.
«Surgió los martes de golf. Los fines de semana tenía que ir a cubrir a los campos de golf, que estaban lejísimos y eran difíciles de llegar. En simultáneo, entré en la radio, se nos llamaba cronistas volantes ya que en el medio de los partidos de fútbol, éramos movileros y hacíamos una participación con un comentario en la previa, en el entretiempo y en el cierre», dijo. Su jornada de trabajo comenzó a ampliarse. Los martes publicaba en el diario y los fines de semana realizaba las coberturas en la radio.
«Por suerte tenía teléfono, en ese momento era una afortunada. A través de ese medio hablaba con los responsables de los clubes, que me pasaban datos y resultados. También leía unas revistas de golf que mi tío recibía, trataba siempre de buscar más información»
Así pasaron diez años: «Ese deporte no era lo que más me gustaba pero fue la manera de entrar. Ya estaba en la radio y en una radio, había sido un gran logro. Al tiempo, empecé con el tenis, eso me entretuvo más. Más adelante, participé de las primeras transmisiones deportivas de fútbol infantil en televisión donde lo conocí a Messi cuando era una pulguita»
Periodismo de ayer y hoy: las nuevas tecnologías y el rol de la mujer
Fernández sostuvo que la gran diferencia en la profesión a través del tiempo la marcó el avance de la tecnología.
«Yo empecé en los albores de la nueva radio. Los formatos y contenidos son similares, pero con la tecnología el trabajo se fue facilitando. Hoy está todo al alcance de la mano y eso agiliza los tiempos. Yo hacía cola en la redacción para usar el único teléfono que habia de baquelita negro, ese era el principal elemento con el que contabamos».
No obstante, consideró que estos avances no fueron totalmente positivos para el oficio: «Con la tecnología se acabaron los creativos, los novedosos y originales. Por eso siempre hay que apuntar a lo diferente.»
Finalmente, habló del rol de la mujer dentro de este ámbito: «La mujer alcanzó avances enormes a los que yo viví por décadas. Comenzó a ganar terreno en 1990, cuando surgen los institutos de periodismo»
Y agregó: «Cuando se abrieron las carreras, hice cuarto año, a modo de postítulo. Fui la primera egresada de la provincia y después hice la Licenciatura cuando inició en 2002. Cuando empecé a dar clases en el Instituto San Martin en 1990 había una mujer en el grupo y 9 varones, cada año se fueron agregando más. Cuando la institución cerró en 2021 había la misma cantidad de hombres que de mujeres».
Al concluir, aseguró que a pesar del gran avance, las limitaciones por cuestiones de género continúan: «Con solo mirar y relevar los equipos periodísticos ya es notorio. En cuanto a esta cuestión, creo que las limitaciones tienen que ver con las mismas cuestiones de siempre, no creo que se lo pueda equiparar al hombre en este ámbito porque a ellos no les interesa mucho nuestra presencia allí», cerró.