Ivana y Julia son dueñas de las marcas Nashira y Calata respectivamente. Ambas se capacitaron con el programa municipal Impulsarte en el que aprendieron cómo impulsar sus proyectos productivos
«Impulsarte: Mi primer emprendimiento» es un curso de formación virtual para personas de 18 a 35 años, destinado a fortalecer proyectos productivos de quienes tengan una primera idea y también de quienes ya cuenten con un emprendimiento inicial en marcha. La propuesta que lleva adelante la Municipalidad de Rosario, a través de la Dirección de Juventudes, la Escuela de Emprendedores de Economía Social y la Dirección de Innovación y Emprendedorismo, busca generar y fortalecer emprendimientos juveniles de triple impacto: sociales, económicos y ambientales/sustentables, a través de la capacitación virtual.
Juguetes didácticos para primera infancia
Ivana Roselli es dueña del emprendimiento Nashira, que ofrece juegos didácticos en su mayor parte tejidos a crochet para las primeras infancias, especialmente de 0 a 6 años. Nashira es un nombre en árabe y significa «la afortunada» o «buena suerte» y es la segunda estrella de la constelación de Capricornio, el signo zodiacal de Ivana.
«Tiene un aporte didáctico pensado justamente en que no es solo un juguete sino también aporta pedagogía, enseña, divierte, y abre mucho a la imaginación y a la creatividad, porque la idea es que sigan investigando», cuenta Ivana.
«Mi emprendimiento surge en la pandemia, como muchos otros. Soy docente de nivel inicial, de maternal, y en ese momento no había cupos para docentes porque estaban cerrados los jardines, el sueldo empezó a mermar. Ya tejía hace algunos años, pero hacía cosas para regalar y pensé por qué no buscarle la vuelta a esto, también notaba que en los jardines, la mayoría de los juguetes son de plástico, como docente sé que el plástico no aporta nada a los sentidos, y empecé a crear los mismos juegos pero tejidos a crochet. Y la verdad que resultó muy bien porque no es algo que haya mucho en Rosario», señala sobre el inicio del emprendimiento.
Ivana, al ser docente de nivel inicial, cree que le da el conocimiento para conocer qué intereses según las edades tienen los niños y las niñas. «Por ejemplo, que los primeros meses tienen toda una conexión con lo bucal, entonces hago sonajeros, mordillos, que es lo que ellos necesitan, con distintas texturas, después a partir del año empiezan a dramatizar, a jugar como si fueran la mamá y el papá y ahí comienza el juego simbólico, entonces también armo sobre eso, los implemento con niños por tener acercamiento con ellos, y la verdad que les encanta. Ofrezco juegos de pesca, que ayudan a la motricidad fina. A la vez no es solo eso, sino que trabaja la frustración, que es muy típica de la edad, por eso también aporta a la paciencia», señala.
Y continúa detallando: «Después trabajo con box de pastelerías que es el típico juego de té pero llevado a lo que hoy en día se ve que son los macarons, los cupcakes, las donas, y cada box trae una carta que ayuda a seguir jugando, por ejemplo el de pastelería tiene un receta para hacer una torta de forma sencilla para que lo haga el niño y la niña, el box de verduras viene con el box de verduras de estación con adivinanzas, el de heladitos viene con una receta de helados, y así se van creando juegos para que sigan explorando y desarrollando».
«Otro box es el de primeros meses, que es muy especial para regalar, porque tiene un muñeco de apego, que es un pulpo, y está pensado porque los pulpos tienen tentáculos que son rulitos y está muy conectado con el cordón umbilical cuando estaban en la panza y entonces ellos agarran y enroscan los deditos en los tentáculos, después se le suma un mordillo y un sonajero, justamente para que exploren con la boca», agregó.
Sobre la capacitación de Impulsarte, dice que se enteró a través de las redes sociales del municipio. «Lo que me interesaba por un lado, era la ayuda económica que daban porque para mi es muy difícil comprar insumos y en la publicidad, que es en lo que más tengo que hacer hincapié para seguir creciendo y por otro lado, las capacitaciones, porque me ayudó a poder crear bien la marca, saber hacer la difusión, sobre la comunicación, trabaja hasta el tema de la estética, eso me encantó, también las diferencias entre las redes sociales, Facebook e Instagram, que no son lo mismo».
«La verdad que está bueno ver a cada uno cómo toma su arte y lo explaya de distintas maneras, la forma de vender, de hasta del packaging, para asesorarse y ver a los demás sin copiar obviamente pero nutriéndose, y lo importante de que seamos todos rosarinos y nos apoyemos entre nosotros, con emprendimientos locales. Por eso, super recomiendo la capacitación porque tienen módulos bien segmentados, con las temáticas, dan mucho material de apoyo, da muchas herramientas y es importante que sea de manera gratuita, al alcance de todos», dijo.
Para Ivana, Nashira significa mucho porque su aprendizaje con el tejido nace con una conexión emocional muy fuerte con su mamá que tiene toda una historia detrás. «Aprendí crochet con ella, mi mamá ya no está, entonces tiene una parte emocional muy fuerte. Al mismo tiempo me conecta con las infancias, que es lo que me desarrollo y me conecto con mi niña interior, porque no hay que parar de jugar, todo el tiempo estoy descubriendo esa inocencia para pensar como niña nuevamente. Es algo que siempre digo, de perder esa imagen como adulto, esa mirada más simple, más divertida. Nashira me vuelve más niña, más creativa, me ayuda mucho a ver lo sencillo de las cosas, me gusta mucho en las Ferias cuando los niños empiezan a jugar y tocan los juguetes, realmente me llena», finalizó diciendo.
Calata, un emprendimiento que apuesta a la ropa sin género
Julia Seletti es emprendedora de la marca de ropa Calata y tiene su taller en el corazón de Arroyito. La rosarina estudió varios años de ingeniera industrial pero se dio cuenta que no quería trabajar en esa profesión y hace algunos años apostó a lo que realmente le apasiona, el diseño textil. «Cuando empecé la marca fue pensando en crear ropa que sea sin género, para que cualquier persona que quiera usar la ropa la pueda usar, y además que las estampas sean originales, sean propias de la marca. También que esté destinado al deporte, que sea ropa urbana pero que tenga versatilidad, que se pueda usar de día y de noche y también que las calzas no sean solo para mujer sino también para varones, para quienes quieran usarla», contó.
La marca surge a partir de su experiencia personal. «Hago trapecio y por eso mismo tengo mucha espalda, muchas veces tuve que comprarme camisas para hombres, me pasaba eso, que no encontraba la ropa que quería o que me quedaran chicas, por eso el que no tenga género, que la puedan usar quienes quieran, y que nos podamos sentir cómodos y cómodas. Así que se genera desde ahí, desde mi deseo de encontrar la ropa que me gusta, que tenga diseños originales. Me gusta mucho coser, y coso desde hace mucho pero hace tres o cuatro años que se origina formalmente ‘Calata’, con un logo propio», señaló.
Julia vende a través de sus redes sociales (su Instagram y una página web). También en plena pandemia vendió barbijos, porque “emprender es ir para adelante”. Cree que nunca se va sola, siempre hay un equipo detrás, si bien la cara es una sola que aparece en las redes sociales, siempre hay personas atrás que la apoyan, ya sea trabajando con vos, o contar con el apoyo de sus amigos y amigas, y de su familia. «Emprender es buscar, es ir para adelante, investigar, ponerle fuerza a todo lo que viene, ante cualquier adversidad es estar al frente, ponerle una impronta a lo que se hace», afirmó.
La marca ofrece calzas, jogging, bermudas, buzos, camperas, accesorios como colitas para el pelo, top deportivos, en el verano hacemos mallas y ahora están incorporando la línea para natación.
Sobre la industria textil dice que hoy en día hay muchos y muchas activistas que están luchando por la aplicación real de la ley de talles en Santa Fe, «luchando para que todos y todas entremos en la ropa, y no que nuestros cuerpos tengan que amoldarse a la ropa». Y cree que hay muchas marcas que están buscando incorporar e incluir a todos y todas, y que se sientan bien.
Acerca de la capacitación municipal, coincide con Ivana en que se enteró a través de Instagram. «Estaba muy cerca de los 35 años, la edad límite, entonces dije que era el momento para anotarme, y me puse super feliz cuando quedé, porque estaba buscando seguir creciendo. Me pareció muy interesante que sea online porque a veces estaba trabajando y lo podía escuchar desde el taller donde trabajo, y los capacitadores y las capacitadoras la verdad que fueron geniales, muy explicativos, también las personas que estaban detrás, que siempre respondieron a tiempo todo. La parte de costos ya la había visto, por haber estudiado ingeniería, pero también aprendí sobre registro de marca por ejemplo, que todavía lo tengo pendiente», refirió.
Para Julia, Calata significa todo. «Lo que soy lo transmito en mi marca. En lo que más lo transmito son en las estampas, trabajo con un diseñador y nos entendemos perfectamente.Siento que en las estampas transmito todo lo que soy, todo lo que me gusta, la música que escucho, los deportes que hago, emprender con Calata es transmitir todo lo que soy y el sentimiento de no sentirse excluido», finalizó diciendo.
Impulsarte tiene abierta la inscripción
Hasta el 28 de agosto se encuentra abierta la inscripción a la quinta edición de «Impulsarte: Mi primer emprendimiento». El mismo contará con una capacidad de 600 lugares y de las y los emprendedores que presenten sus proyectos al final del curso, se elegirán 30 que recibirán un incentivo de $50.000. Quienes se encuentren interesados/as en participar deberán completar el siguiente formulario online: http://bit.ly/impulsarte-