Barco padeció una sobrecarga muscular en el isquiotibial de la pierna izquierda. Solari, en tanto, tuvo gripe
River se entrenó este martes en el predio de Ezeiza con las presencias de los recuperados Esequiel Barco y Pablo Solari, ambos ausentes en la derrota del domingo contra Sarmiento de Junín como local, por la undécima fecha de la Liga Profesional de Fútbol (LPF).
Barco se perfilaba como titular contra Sarmiento, pero padeció una sobrecarga muscular en el isquiotibial de la pierna izquierda y su lugar lo ocupó el delantero colombiano Miguel Borja.
Solari, en tanto, padeció una gripe y dejó la lista de concentrados tras su enorme aporte hace dos semanas contra Aldosivi (3-0) en Mar del Plata.
De hecho, en el choque contra Sarmiento se notó la falta de un futbolista con la característica de Barco, capacitado para romper con un bloque ultra defensivo desde su posibilidad de asistir o ganar el duelo uno contra uno con gambetas.
Sin embargo, todavía restan varios entrenamientos para saber el posible equipo que saldrá el domingo al estadio Libertadores de América contra Independiente.
Por otro lado, el presidente de River, Jorge Brito, declaró este mediodía que notó «muchos jugadores a los que todavía les cuesta la adaptación«, en una entrevista con ESPN.
«Hay que ilusionarse con que los grandes jugadores del fútbol sudamericano tienen que querer venir a River. Nos tiene que servir como experiencia de que es posible. En el próximo mercado de pases tenemos que apuntar a lo más alto«, apuntó.
El mazazo de la temprana eliminación en la Copa Libertadores en manos de Vélez, en octavos de final, le repercutió en el equipo tanto como la salida de Enzo Fernández (Benfica) y el caído arribo del delantero uruguayo Luis Suárez, que desembarcó en Nacional de Montevideo.
«La decisión de si sigue o no sigue es de Marcelo (Gallardo), si por mí fuera, yo firmaría con él por 3 años, que es lo que queda de mi mandato«, reconoció de cara al contrato del DT, que se le vence a fin de año.
Además, Brito valoró la extensión del vínculo del volante uruguayo Nicolás De La Cruz porque generó «tranquilidad puertas adentro«.