El arzobispo de Salta, monseñor Mario Cargnello, reclamó a los «que manejan la plata en nuestro país» mirar «el rumbo de la gente que sufre» y advirtió que «no se puede pifiar así». Lo hizo al concelebrar la «misa estacional» en el día en que se celebra la Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro en la capital salteña con una solemne procesión y la renovación del Pacto de Fidelidad del pueblo con sus patrones.
Cargnello hizo una sentida homilía ante miles de peregrinos que desbordaban la Catedral Basílica de Salta y la plaza principal llegados del interior provincial y de otros lugares de la Argentina y países limítrofes.
«Yo les pido a los que manejan la plata en nuestro país que por Dios miren el rumbo de la gente que sufre, no se puede pifiar de esta manera», arengó.
A continuación agregó: «no nos vengan a contar a los que somos viejos, lo vivimos en el 2001, en el 89, en el 65» y manifestó que «no se puede jugar con la vida de tanta gente para quedar tranquilos. No apuesten por el amor a los demás, sí por el bien de la Patria».
«Tienen la oportunidad porque Dios les ha dado más talentos, poder económico, o religioso, o político, o cultural, apuesten por el bien, demos el corazón al Señor para ser sembradores de bien», añadió.
En la Catedral se encontraba sentado el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey y miembros de su gabinete.
A continuación, el arzobispo precisó que «no basta hablar de la Madre Teresa de Calcuta sino estoy dispuesto a dar un paso adelante en servicio de amor al que más necesita».
«El grano de trigo tiene que caer en tierra y morir, sembremos un tiempo nuevo, pero estemos dispuestos a dar la vida, con mezquindades no podemos construir una nación distinta», dijo en uno de los pasajes de su homilía. También afirmó «defendamos la familia, protejamos los hijos» y recomendó: «ayudémonos los unos a los otros».
«Que el Señor del Milagro nos dé fuerzas para ser generosos. Hoy 15 de septiembre volvemos a renovar la fe y la locura de la Cruz, muchos experimentan, el dolor, la división de las familias, los problemas económicos, la violencia que a veces nos golpea y la injusticia», sostuvo.
Además trazó un panorama de sufrimiento: «experimentamos la falta de esperanza cuando vemos a nuestros jóvenes entregarse a la droga porque no saben a veces a quiénes pertenecen en la Argentina y buscan en el grupo la pertenencia, porque no tienen futuro, buscan en la evasión».
«Pero mirando este dolor nosotros sabemos que un corazón que ama es un corazón que puede renovar», la situación y «por eso la Fiesta del Milagro es apostar de nuevo por la locura de la Cruz como lo vemos en mucha gente generosa», precisó.